Header_728x90 GPT Adslot5
El mes de octubre del 2018 fue histórico para México ya que entró al país un ola masiva de migrantes de Honduras, generando una travesía de gastos de alimento, estancia y transporte, sin embargo, al llegar a la frontera se quedan varados, ya que hasta que Estados Unidos no otorgue asilo político no pueden cruzar.
En el caso de Nuevo Laredo, una de las fronteras más utilizadas por los migrantes para cruzar a la unión americana, entre el mes de abril y mayo de este 2019, se encuentran saturados los albergues y casas del migrante principalmente de africanos y cubanos.
Hasta mayo se tenía contabilizados en general dos mil 300 aproximadamente, estos primeros días de junio son alrededor de dos mil.
Omar Enríquez Sánchez, director de Protección Civil y Bomberos que está a cargo del albergue municipal se contabilizaban aproximadamente 750 personas en mayo y en lo que va de junio ha disminuido a 560 personas.
«Ha mejorado mucho la situación, ha disminuido, sí hay muchos menos ciudadanos africanos y cubanos, están siendo llamados por migración norteamericana, yo creo que han disminuido al menos unas 300 personas, algunos otros han buscado otros albergues en la ciudad. Ha sido rápido el trámite por parte de las autoridades norteamericanas, con el propósito de apoyarnos en el sentido de que sea más rápido el trámite para ellos y que se reduzca el tiempo de espera en la ciudad», mencionó.
En Nuevo Laredo hay varios albergues que apoyan a los migrantes siendo los principales y con mayor afluencia el albergue municipal, Casa del Migrante Amar y Casa del Migrante Nazareth, así como al menos otros tres templos de congregaciones cristianas y asociaciones civiles quienes también brindan alojamiento a los migrantes.
En su mayoría estos migrantes llegan a Nuevo Laredo, de manera legal ya que cuentan con el permiso del Instituto Nacional de Migración para transitar por 30 días en el país.
Agencias
