Migrantes se quedan varados en Reynosa, Tamaulipas

Reynosa, Tamaulipas.- Un verdadero viacrucis están viviendo un centenar de centroamericanos varados en esta frontera, quienes están viviendo a un costado del Puente Internacional Reynosa-Hidalgo, pues, aunque desean regresar a su país, el Instituto Nacional de Migración (INM) no cuenta con recursos para apoyarlos.

En los últimos días, los migrantes prácticamente hicieron suyo el acceso al cruce internacional que conecta a Reynosa, Tamaulipas con Hidalgo, Texas, debido a que la Casa Nuestra Señora de Guadalupe y Senda de Vida -que sirven como refugios temporales- se encuentran saturados.

En Senda de Vida actualmente se brinda asistencia a poco más de 220 migrantes, la mayoría centroamericanos, que han sido deportados y que son remitidos por el INM. En este sitio, se les realiza la prueba para detectar Covid-19 y de esta forma no representan un peligro para quienes se encuentran albergados.

En la Casa Nuestra Señora de Guadalupe se cuenta con un límite de 60 personas, a quienes se puede atender hasta por tres días y posteriormente deben buscar un lugar para vivir.

Los migrantes que se están quedando en esta frontera prácticamente tienen que recorrer ambas casas a diario para encontrar un lugar dónde pasar la noche y, ante la falta de asilo, decidieron vivir en el puente hasta que alguna autoridad pueda apoyarlos y como reflejo de la desesperación de su situación.

Algo de ayuda
Por el momento, los migrantes que se encuentran en el Puente Internacional están siendo apoyados por asociaciones civiles y grupos religiosos, quienes les entregan alimento, ropa, zapatos, artículos de aseo personal y hasta dinero para que puedan bañarse.

Edrey Rodríguez y Pamela Luna forman parte de un grupo cristiano que está llevando artículos esenciales para los migrantes.

Apenas llegan estos jóvenes y los migrantes se arremolinan pues saben que llevan un preciado cargamento que los ayudará a sobrellevar la difícil situación que atraviesan.

A unos cuantos pasos de las oficinas del INM, los jóvenes colocan las bolsas que contienen ropa, zapatos y hasta juguetes; es entonces cuando hasta los niños se lanzan en el montón de ropa, para obtener las mejores piezas.

Lo más buscado: suéteres y chaquetas, pues por las noches el frío, dicen, cala hasta los huesos.

“La necesidad es muy evidente; algunas personas al verlos en redes sociales se han querido unir tratando de facilitarles el regreso, porque sabemos que algunos de ellos no pueden. Somos amigos cristianos que sin algún interés personal decidimos apoyarlos”, explica Edrey.

Cuenta que recolectaron ropa y zapatos en la Iglesia Gracia y Misericordia, donde diariamente salen a entregar este preciado cargamento para los migrantes que pasan por una situación adversa en esta frontera.

“Las personas están en una situación desfavorable. El tema ahorita es cómo van a volver a sus hogares y, como hay muchas personas aquí, no logran tener una información a tiempo; algunos hablan otro idioma y no se pueden comunicar con las autoridades o con alguien que los pueda asistir; por eso vamos a venir a diario para apoyarlos mientras las autoridades les den una respuesta”, afirma Pamela.

Agencias