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Gente sin escrúpulos aprovechó la ocasión en desgracia para apoderarse de herramienta, agua, alimentos y objetos propios de la Iglesia de la Santa Cruz tras su colapso, lamentó el párroco Pablo Galván.
SITUACIÓN LAMENTABLE
El sacerdote dijo que «Es lamentable que este tipo de personas actúe de esa forma, aprovechando que todos estaban ocupados y preocupados por lo ocurrido el domingo».
Informó que fueron dos plantas de generación eléctrica, así como agua, palas y otro tipo de herramientas las que sustrajeron de forma por demás ventajosa.
Indicó que fue personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado quien resguardó todo el equipo con el que aún se contaba a fin de parar la rapiña, pues hubo quienes acudieron a reclamar su herramienta y ésta ya no estaba.
Indicó el clérigo que «En lo que respecta a cuadros e imágenes de la iglesia, la mayoría sufrió daños por lo considerable del suceso, no descartando que alguna persona haya tomado algún objeto de valor religioso».
Dijo que hasta el momento no han identificado a las personas que incurrieron en la rapiña.
Los víveres que sobraron del apoyo de la comunidad, el cura dijo que fue repartido en casas hogar, asilos y a hospitales, «Tratando que nada se desperdicie de lo que la gente contribuyó».
Señaló que aún no se tiene un proyecto sobre qué se podría edificar en el sitio del derrumbe, pues todavía falta que la Fiscalía emita su peritaje de cómo y por qué sucedió el desplome.
Por último, dijo que para celebrar la próxima misa dominical se podría instalar un toldo en donde se albergue a los feligreses.
Entre tanto, este martes los trabajos de limpieza en el área afectada por el desplome habían concluido casi en su totalidad.
Agencias
