Dan 24 años de cárcel a ex escolta de Nazario Moreno, líder de La Familia Michoacana

Un juez federal sentenció a 24 años de prisión a José Roberto de la Sancha Rodríguez, El Chivo, quien fue escolta de Nazario Moreno González, El Chayo, El Pastor o El Más Loco, líder y fundador de los cárteles La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios.

El Chivo también se encargaba de supervisar las actividades de la organización delictiva en la región oriente de Michoacán.

El ex escolta del extinto Nazario Moreno fue encontrado penalmente responsable de los delitos de delincuencia organizada, con la finalidad de cometer delitos contra la salud, y portación de armas de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.

De acuerdo con el expediente, fue detenido en 2009 en Michoacán, donde se le aseguró un arma larga y una granada de fragmentación.

La Fiscalía General de la República (FGR) aportó elementos de prueba suficientes al juez, quien dictó la sentencia condenatoria de 24 años de prisión por los delitos ya mencionados, así como el pago de una multa de 31 mil 170 pesos.

De la Sancha Rodríguez se encuentra recluido en el penal federal de El Rincón, en Tepic, Nayarit.

El 9 de marzo de 2014, las Fuerzas Especiales de la Secretaría de Marina y del Ejército abatieron en Tumbiscatío, Michoacán, a Nazario Moreno, quien fue dado por muerto el 9 de diciembre de 2010, en el sexenio de Felipe Calderón.

La administración de Enrique Peña Nieto contaba con reportes, tanto de las autodefensas, como de autoridades locales y denuncias anónimas que indicaban que Nazario no sólo seguía vivo, sino que continuaba operando en tareas de extorsión, secuestro y delitos contra la salud.

El dato clave que permitió conocer que el fanático religioso y multiasesino seguía con vida, fue la detención que realizó la Secretaría de Marina de una persona armada el 7 de febrero del mismo año, quien viajaba en una camioneta en posesión de armamento y droga.

El delincuente confesó ser templario, operador directo de Nazario y declaró que su jefe se ocultaba en Tumbiscatío.

El capo se caracterizó por ordenar decapitar a sus adversarios y adoctrinaba a jóvenes alcohólicos y drogadictos, bajo el argumento de que Dios lo había escogido para que ellos lo acompañaran en su causa.

​Agencias