Abuso de fármacos

El abuso de fármacos es el uso de un medicamento sin tener la receta médica correspondiente, de una manera distinta a la prescrita, o para lograr experimentar las sensaciones que provoca. Originalmente, fueron recetados por un médico, pero con el tiempo, el paciente, sobre todo por su mal uso, ha necesitado aumentar la dosis para experimentar su efecto. Debido a que al inicio, su consumo fue incitado por un médico, la persona acostumbra a pensar que el abuso de un medicamento, es diferente del abuso de una droga ilegal. Pero lo cierto, es que, un adicto a los medicamentos, es igual que aquellos que consumen cocaína, heroína, u otros tipos de drogas ilegales.

¿Cuáles son sus causas?
Vivir en una cultura del bienestar; vivimos en una cultura en la que nos animan a suprimir las emociones negativas, y nos transmiten que es nuestro deber y obligación estar positivo, feliz y contento en todo momento. Parece que no se pueda estar triste, enfadado, preocupado, estresado, etc. y es precisamente, negar esas emociones y no expresarlas en su momento de forma adecuada, lo que puede acarrear consecuencias a largo plazo tanto físicas (dolores de espalda, úlcera…) como psicológicas, (crisis de ansiedad, depresión…). Es en este punto, cuando la persona, elige la solución más sencilla, económica, rápida y eficaz. Ir a la farmacia, adquirir con receta médica fármacos (que no dejan de ser drogas legales) para poder suprimir inmediatamente y sin ningún esfuerzo, el malestar que siente (ansiedad, dolor, etc.)

Cambios cerebrales
El medicamento consumido termina por cambiar la química del cerebro, haciéndolo menos eficaz en la producción de dopamina y endorfinas (hormonas de la felicidad). Con el tiempo, deja de producir estos productos químicos por completo, y necesita obtenerlos de otra fuente externa, que en este caso sería la medicación. Aquí es donde la persona se convierte físicamente en dependiente de la medicación.

Crisis económica
Perder un trabajo o la inestabilidad financiera pueden provocar estrés, ansiedad y depresión. Dichas emociones afectan a nuestro rendimiento en un momento en el que no nos lo podemos permitir y acabamos recurriendo a los fármacos para solucionarlo.