Tampoco un satélite belga captó fuego en basurero de Cocula

14/12/2015 – México – Imágenes del satélite belga Probav demuestra que no hay manera de corroborar desde el espacio si en el basurero municipal de Cocula se produjo un incendio o no entre 26 y 27 de septiembre de 2014, debido a la nubosidad que prevalecía en esa zona de Guerrero, fecha en que desaparecieron los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Asimismo, científicamente tampoco se puede demostrar que 26 y 27 de septiembre de 2014 llovió en el basurero municipal de Cocula, tal y como afirmó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que coadyuva en la investigación, señalaron especialistas de la Universidad de Loyoa del Pacífico, consultores que laboraron en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y un estudio del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

Las fotos satelitales de Probav fueron facilitadas por un particular que las adquirió, ya que a diferencia de las de la NASA, éstas no son públicas, sino que son vendidas a quienes requieren de este tipo de material.

Se consultó al maestro en geomática de la Universidad Loyola del Pacífico, Guillermo Martínez Verduzco, para que explicara el contenido de las imágenes.

El especialista señaló que al igual que las tomas captadas por el satélite Terra 1 de la NASA, tampoco se alcanza a percibir por las nubes si hubo o no una conflagración en Cocula.

«Tampoco se alcanza a ver mucho por la cantidad de nubes y por el pixel; tiene un pixel enorme comparado con el tamaño del basurero. La otra imagen está llena de nubes y es un pixel muy grande.

«El hecho de que no se haya percibido (el incendio) no es un indicativo de que no haya sucedido», apuntó.

Martínez Verduzco comentó que en los últimos días ha revisado las imágenes de los satélites franceses Calipso, Elisa, Helios, Jason, Pléiades y Spot, pues son algunos de los que pudieron haber tomado fotografías de esa zona de Guerrero entre el 26 y 27 de septiembre del año pasado, sin embargo, éstas no existen.

Incendio

El maestro en geomática de la Universidad Loyola del Pacífico comentó que en la plataforma de incendios de la Comisión Nacional pare el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO) organismo descentralizado de Semarnat, se detectaron puntos de calor lejos de Cocula el 27 de septiembre del año pasado.

«El punto que reportan de incendio y calor es del día 27 de septiembre de 2014 y está más o menos lejos de Cocula. El hecho de que se haya percibido, lo único que afirma es que se percibió, pero no podemos tener una evidencia clara de que haya sucedido o no un incendio».

—¿Entonces no es factible al cien por ciento que haya ocurrido el incendio en Cocula?

—Efectivamente. Recuerda que todo esto se hace con imágenes de satélite y tenemos el gran problema de las nubes que nos tapan, tenemos una gran catarata en los ojos y no podemos ver».

Verduzco dijo que hay tecnología más avanzada que pudo captar si sucedió o no una conflagración en el tiradero de Cocula, pero no estuvieron programadas para la fecha en que ocurrieron los hechos, además de que no es una zona que habitualmente sea monitoreada.

«Hay zonas que son más monitoreadas que otras y el caso de esta zona (Cocula) en particular, no es comúnmente monitoreada, entonces hay que checar los catálogos si en ese momento hubo o no una toma; generalmente se concentran en las grandes urbes y en este caso, pues no es una zona de interés.

Hace unos días, se informó que las imágenes del satélite Terra 1 de la NASA hacen imposible determinar desde el espacio si se registró o no un incendio en el municipio de Cocula, porque la nubosidad impidió observar la superficie en esa zona de Guerrero, por lo que estas imágenes no pueden ser una prueba concluyente de que los 43 normalistas de Ayotzinapa no fueron quemados en el basurero.

No saben si llovió

Científicamente no se puede demostrar que 26 y 27 de septiembre de 2014 llovió en el basurero municipal de Cocula, Guerrero, tal y como afirmó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que coadyuva en la investigación por la desaparición de los 43 normalistas.

Un estudio del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM así lo revela, en el que se menciona «que no se consiguieron observaciones de precipitación en Cocula».

El estudio que fue entregado al GIEI y a la Procuraduría General de la República (PGR) a finales de septiembre del presente año, solo menciona que «la estación meteorológica automática del Servicio Meteorológico Nacional ubicada en Iguala, registró un evento de lluvia el 26 de septiembre de 2014 con una precipitación acumulada de 16.5 mm entre las 4:20 y las 6:00 horas tiempo local, y otro evento el 27 con una precipitación acumulada de 5.3 mm entre las 23:40 horas del día 26 y las 4:40 del día 27.

Se pidió la opinión de Aram Nava Valdez, quien por seis años laboró en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y que hoy es consultor independiente, quien revisó el estudio de la UNAM.

El especialista señaló que «científicamente no se puede demostrar que haya llovido en Cocula», ya que de hecho en el estudio de la UNAM «dice contundentemente» que no se consiguieron observaciones de precipitación en Cocula.

«El dato más cercano que se tiene está entre 20 y 30 kilómetros, aproximadamente, lo que es una distancia muy grande, por lo que no se puede demostrar científicamente que haya llovido, porque ese dato que tienen registrado es de Iguala», apuntó.

Y agregó: «Imagínate, lo has visto en la Ciudad de México, si en una distancia corta de menos de 500 metros tienes lluvia en un lado y en algunas otras manzanas ya no llovió, ahora imagínate una distancia de 30 kilómetros, y además aquí influye el relieve.

El estudio de la UNAM fue integrado a la averiguación previa PGR/SEIDO/UEIDMS/01/2015, ya que éste fue solicitado a la máxima casa de estudios a través del oficio SEIDO/UEIDMS/FE-D/11184/2015, signado el 21 de agosto del presente año.

Nava Valdez puntualizó que el estudio tiene dos parámetros, uno de ellos es a partir de un modelo de pronóstico numérico, en el cual se basa que está precipitando, pero dijo que hay que recordar que los modelos no son cien por ciento confiables y de hecho si los modelos fueran certeros no existirían los meteorólogos».

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