Políticas anti migrantes y T-MEC enmarcan elección en Canadá

El próximo lunes 21 de octubre, los canadienses acudirán a las urnas para renovar a su parlamento en unos comicios en los que el actual primer ministro, Justin Trudeau, ve peligrar su reelección por lo que México debe estar atento a los resultados ante el avance de partidos con políticas anti migrantes y no muy entusiastas al T-MEC.

De acuerdo con las encuestas, los conservadores encabezados por Andrew Scheer y los liberales de Trudeau prácticamente están empatados. El lunes 14 de octubre, CBC News daba 32.4 por ciento a los opositores contra 31.8 por ciento de las preferencias al actual premier.

A pesar del escaso margen entre liberales y conservadores, las características del sistema electoral canadiense y la distribución del voto liberal anticipan que Trudeau volverá a ganar, pero sin llegar a los 170 congresistas, la mayoría en una Cámara de 338 escaños.

Y al ser un sistema parlamentario, Trudeau tendrá la obligación de buscar alianzas para lograr los escaños requeridos si desea seguir gobernando.

Scheer no se quedará sentado y buscará hacer lo mismo para lograr la mayoría necesaria en la Cámara de los Comunes.

En esa lucha, las posturas más liberales de Trudeau empiezan a mutar para convencer al electorado menos liberal en temas como la migración y el libre comercio.

Incluso, ante la obligación de hacer alianzas en el Parlamento para lograr conservar el poder, Trudeau cederá en esos temas ante la agenda de los partidos más pequeños que condicionarán su bancada.

Trudeau se enfrenta al aumento del apoyo del Nuevo Partido Democrático (NPD, por sus siglas en inglés) en el oeste del país y del BQ en Quebec, lo que podría impedir que el Partido Liberal obtenga la mayoría.

El pasado jueves, Trudeau afirmó durante un debate televisado en francés que la provincia de Quebec tiene todo el derecho a «examinar» a los inmigrantes que se quieren asentar en la provincia francófona.

La afirmación, que Trudeau repitió de nuevo el viernes durante una conferencia de prensa, ha sorprendido a más de uno en Canadá especialmente porque el líder liberal llegó al poder en octubre de 2015 con una plataforma diametralmente opuesta.

De hecho, una de sus primeras acciones de gobierno fue aceptar en el país más grande de América a unos 40 mil refugiados de Siria.

Pero desde su victoria electoral de octubre de 2015, muchas cosas han sucedido, especialmente la elección en Estados Unidos de Donald Trump con un programa populista y contra la migración que ha empezado a calar también en Canadá.

En estas elecciones en Canadá, el ex ministro conservador Maxime Bernier, para muchos con ideas supremacistas, se presenta con una nueva formación política, el Partido Popular, que tiene como uno de sus ejes centrales reducir drásticamente el número de migrantes y refugiados que llegan cada año al país.

Bernier, que de agosto de 2007 a mayo de 2008 fue canciller del ex primer ministro conservador Stephen Harper, ha criticado lo que califica el «multiculturalismo extremo» de Canadá y el «globalismo» que, según él, está destruyendo la esencia de Canadá.

Mientras, el grupo separatista Bloque Quebequés (BQ) impulsa en las encuestas con un programa identitario y en un momento en el que esta provincia francófona, que con 8 millones y medio es la segunda más poblada, son populares las políticas de control de la inmigración.

El BQ, por ejemplo, quiere que Quebec quede exenta de la aplicación de la ley federal que desde 1988 promueve en el país el multiculturalismo, y que la provincia tenga absoluta libertad para decidir el número de migrantes que acepta cada año.

Con las encuestas señalando un empate técnico entre liberales y conservadores, la diferencia entre formar gobierno o quedarse en la oposición pueden ser un puñado de votos.

Y Quebec, que elige 75 de los 338 diputados de la Cámara baja, es la llave que permitirá abrir las puertas del gobierno.

Aunque no hay una migración importante de mexicanos a Canadá, el hecho de que se endurezcan las políticas de inmigración puede repercutir en los contratos temporales a los connacionales en áreas como la agrícola y sobre todo, a nivel simbólico y diplomático al empatizar con las medidas de Donald Trump.

Otra cuestión que podría surgir es el tema del visado. En julio de 2009, el entonces primer ministro conservador Stephen Harper impuso a los mexicanos el documento para poder entrar a territorio canadiense. Nueve años después, en diciembre de 2016, Trudeau eliminó el requisito.

Agencias