OPTIMUS

Jorge Alberto Pérez González

09/07/2017

DEJAR DE LAMENTARSE

Llegó La Canela a la familia, es una hermosa perrita Beagle de dos tonos que ha puesto muy contento a El Ringo, (perro enano pariente de Snoopy) pues con sus tres meses de edad vino a alegrar la casa, a mordisquear los muebles y a desaparecerme dos zapatos de mi propiedad, uno negro y uno café, por lo que si me ve usted en la calle con un par desigual ya sabrá las razones, pues tuvo la feliz ocurrencia de llevarse al jardín para mordisquear uno derecho y otro izquierdo.

La llevé al veterinario el día que me la regaló Mauro, pero no pudieron revisarla pues el sabio médico me indicó que debía permanecer en su nuevo ambiente por espacio de una semana para después aplicarle las vacunas ya que se podría traumar.

La ciencia perruna ha avanzado mucho, antes nadie se preocupaba por los traumas de los canes, ni de los niños, hoy hay que tomar en cuenta tantas cosas, que sin duda evitarán una demanda en Protección Animal.

La nueva inquilina ya se aclimató, tanto que prefiere estar afuera con El Bruno (el Labrador chocolate), que dentro de la casa con su futuro consorte, esto obviamente pone celoso al perro con privilegios, pero al paso de los días se van entendiendo poco a poco.

Hoy ella quiere jugar todo el tiempo, esto desespera a El Ringo pero dentro de año y medio cuando el perro enano quiera jugar, sin duda la desesperada será otra, pero aprenderá rápidamente, (porque así son las perras), el verdadero significado de un dolor de cabeza.

Dolor de cabeza el que sufre el PRI en el Estado, la guerra sucia inició y el lodo salpica para todos lados, será difícil evitar la escisión si se persiste en la intención de lograr una candidatura de unidad, ya no hay en el otrora partido poderoso, militantes con paciencia de monje tibetano que acepten línea, pero tampoco se dejan impresionar con legajos de cartas en video o redes sociales y mucho menos con ataques sin fundamento, pero sobre todo con intervención de funcionarios o asesores gubernamentales.
Muchos cuestionan en el procedimiento, el impedimento para que una dama se postule, pues comentan en voz alta y baja, que el tiempo de la Secretaria General culminó 60 días después de asumir el cargo de Presidente por prelación.

Sin embargo, ya son muchos los que quieren que una dama figure en el proceso selectivo, pues la equidad de género bien pudiera ser necesaria en un proceso sin parangón en el Consejo Político Estatal.

Muchos consejeros anhelan la oportunidad de escuchar propuestas y definir su voto por quien les demuestre que pudiera convertirse en un auténtico líder opositor.

Estoy seguro de que Roberto González, Juan Alonso Camarillo, Luis Enrique Arreola, Miguel Manzur, Oscar Luebbert y Sergio Guajardo estarían encantados de que a la posibilidad se sumara Yahleel Abdala, pues refrescaría y mucho, la participación de una mujer joven en una contienda abierta al Consejo Político.

Imaginemos la fortaleza de lo que de ahí emane, pues mientras enfrente la imposición y el nepotismo campea, un esfuerzo democrático sentaría las bases para una contienda seria y de respeto en el 2018 en Tamaulipas, la oportunidad la tienen, son ellos, los participantes y no los padrinos, (-quienes los tengan-), los que tienen en sus manos y en su voz la oportunidad de convencer, pues para vencer, primero tienen que convencer.

En los próximos días, quienes le apuesten a la candidatura de unidad, perderán paulatinamente el apoyo del Consejo Político, pues este sabe y sabe bien, que no hay oportunidad de línea cuando el liderazgo actual está cuestionado.

Un procedimiento democrático con 600 actores y menos de 10 interesados en la dirigencia, se puede desahogar en un día de trabajo eficiente, con la oportunidad de escuchar propuestas serias, de compromiso y de voluntad para lo que viene y también podría, si es que es equitativo y sin línea, unificar a los aspirantes después del proceso selectivo, en un solo objetivo, el triunfo del 2018.

Las condiciones ahí están; las cartas sobre la mesa, la experiencia acumulada y la unidad posterior al proceso democrático, solo falta que uno o varios de ellos, sin ambición personal lo propongan y que una dama se inscriba, para de una vez por todas, borrar el pasado y DEJAR DE LAMENTARSE.