Los Juegos del Poder

Maribel Villarreal

17/11/17

El otro Madrazo

En el arte de gobernar y hacer política, los errores se pagan caro. No por nada los hombres del poder se rodean de sagaces asesores y evalúan todos los riesgos antes de tomar decisiones. Aún así, se equivocan.
A estas alturas… ¿Asumirá Eugenio Hernández Flores como un error haber designado a Egidio Torre Cantú como el sucesor del extinto Rodolfo Torre Cantú en la elección del 2010?
La desgracia del ex gobernador, hoy recluido en las pestilentes celdas de Tamatán, habría partido de aquella decisión anunciada a la indignada sociedad tamaulipeca en medio de la conmoción por el sangriento asesinato del candidato priísta a la gubernatura.
Así, conceder el relevo a su hermano se observó como un acto de justicia, y una garantía para el triunfo por el momento de exaltada conmiseración de los electores, pero cualquiera hubiera ganado, hasta Egidio.
Egidio ignoró acuerdos y omitió compromisos. Gobernó con un reducido grupo en el que incluyó solo a sus “cuates”. Olvidó al PRI y a los priístas.
Ahí empezaron los problemas.
En el 2000, -en el plano nacional- los priístas también se equivocaron.
En el profuso caos que les dejó el triunfo panista con Vicente Fox en la Presidencia de la República, el arribo de Roberto Madrazo a la dirigencia del Comité Ejecutivo Nacional marcó la continuidad de los errores. Madrazo aprovechó su posición para quedarse con la candidatura a la Presidencia de la República.
Partió al partido.
En esa elección del 2006, Madrazo fue un pésimo candidato. El PRI no sólo volvió a perder, sino que cayó al tercer lugar con apenas un 22.03 por ciento de los votos. Ganó Felipe Calderón.
En el actual desequilibrio panista, la culpa sugiere un nombre. No es propiamente Ricardo Anaya. Gustavo Madero lo incluyó en su más cercano círculo, lo impulsó y lo llevó a la cúspide partidista.
La decepción fue inmediata. El llamado joven maravilla asumió la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional y mostró sus verdaderos rasgos.
No tiene la culpa el indio…
Madero huyó. Pidió licencia a la diputación federal y se fue a su natal Chihuahua. Cobra como jefe del gabinete en el gobierno de Javier Corral. Lo llaman el vicegobernador.
El PAN está sumido en la peor crisis de su historia. Está en llamas. La desbandada incluyó a Margarita Zavala que hoy intenta buscar la Presidencia de la República por la vía independiente.
La mitad del PAN está en contra de su dirigente nacional. Una docena de influyentes senadores le declararon la guerra y al menos seis de los doce gobernadores mantienen un bloque opositor.
Exhibido por el sospechoso enriquecimiento de él y de su familia política y con el PAN “ardiendo”, quiere asegurarse la candidatura del Frente Amplio en alianza con el PRD y Movimiento Ciudadano a la Presidencia de México.
En su agandalle, Ricardo Anaya estaría convirtiéndose en el otro Madrazo.