LOS HECHOS

José Inés Figueroa Vitela

15/10/2017

Con el código en la mano

Cuando, a unos días de entregar la estafeta, se le preguntó a EGIDIO TORRE CANTÚ, de que se arrepentía haber hecho -en su sexenio-, perdió la vista en sus recuerdos, humedeció sus ojos y confesó tras la pausa: de los encarcelados, acotó y meneó la cabeza como queriendo borrar la historia. Los interlocutores, un grupo de columnistas sentados en la sala que da al comedor de la ex parte pública de la Casa de Gobierno, dieron por asentado se refería al titular de Comunicación del Gobierno que le antecedió, MARIO RUIZ PACHUCA, y el ex alcalde tampiqueño PÉREZ INGUANZO. Nadie experimenta, vive, escarmienta en cabeza ajena, pero invariablemente, como dueños de sus actos, todos han enfrentado las consecuencias de los actos propios. Desde los individuos más comunes, hasta el más encumbrado personaje, pasan ordinariamente por procesos que marcan antecedente, actualidad y destino. En el poder público, igual al paso de los sexenios se han visto desde las etapas del reconocimiento, con todas las novatadas, desconfianzas y excesos, hasta las consolidaciones y salidas, donde las variantes han sido los plazos que a cada cual le ha ocupado cada una de ellas. El elemento del manazo en la mesa, el jalón de orejas o el «estate quieto», que algunos consideran como «mal necesario» para la legitimación del ejercicio del poder en todo inicio de ejercicio, no necesariamente ha sido de uso general y en los casos cumplidos, igual se diferencian en tamaño y alcances. Hay quienes piensan que del tamaño de la ilegitimidad en el acceso al poder, es la dimensión del acto reivindicatoria. Para efectos locales, la asidera para investirse de poder jamás alcanzó el nivel de un ex gobernador, en la época contemporánea, por eso muchos insisten, en el aquí y ahora, no se trata de un evento para la legitimación.
¿Será entonces una venganza por afrentas del pasado mediato?, ¿una psique intermedia acorazada?, ¿es un alarde de poder, por el poder?, ¿se tratará de una disputa mercantil por los monopolios?, ¿o son los reflectores electorales los que están en juego? Nada de eso. Lo que llama la atención son las expresiones ciudadanas que se han dado en torno de estos sucesos. Desde los primeros instantes, cuando se supo de la aprehensión de EUGENIO, los periodistas que esperaban la información oficial afuera de la penitenciaría escucharon el paso de un vehículo común, cuyo tripulante al pasar por la calzada gritó a voz en cuello vivas al ex gobernador. Los días siguientes fueron y declararon a los medios, le cantaron y oraron desde el lugar hasta donde se les permitió acercarse, vecinos de populosas colonias. «Siempre nos ayudó», fue expresión ciudadana más repetida, evidentemente espontánea natural, de quienes se atrevieron a ir y otros que tuvieron la intención de hacerlo. Resultará aventurado adelantar el epílogo de esta historia, pero visto está, los villanos del affaire no son los que dispuso el autor.
Veremos y diremos. En descargo del procurador IRVING BARRIOS MOJICA, por quienes andan restregándole en la percha la vieja historia del «michoacanazo», ahora se dirá, este no es un caso que se restrinja a la cuadra priísta del vecindario. Además del ex gobernador EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, detenido, y sus amigos, empresarios y ex colaboradores «perseguidos», desde el Congreso, su presidente CARLOS GARCÍA GONZÁLEZ ya lo anunció: van por un par de ex alcaldes con «cuentas mochas». Desde antes del inicio del actual sexenio, desde que «se bajaron» del último paquete aprobado, en las postrimerías de la pasada legislatura, las cuentas públicas de la matamorense LETICIA SALAZAR VÁZQUEZ y el neolaredense CARLOS CANTUROSAS VILLARREAL ya dejaban ver destino. Los ex adversarios del actual gobernador en el proceso interno del PAN para definir la candidatura mayor del Estado, recibieron el aval de la Auditoría Superior del Estado que se fue, pero la nueva, ya les encontró inconsistencias en más de mil millones de pesos que deberán solventar o restituir al patrimonio público.
De MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ, la alcaldesa de Reynosa que complementó aquella tercia, ya se ha dicho tanto sobre los procesos que le han abierto casi desde el inicio de su gestión, desde el Congreso y la propia Procuraduría. Entonces no se puede afirmar con suficiencia de elementos, que el procurador BARRIOS ande en sus viejas andadas de perseguir priístas… visto está, también anda «sobre» dos-tres panistas. Ahora deberemos esperar para ver si como le pasó en Michoacán, al abogado BARRIOS se le desvanecen sus acusaciones y los jueces tienen que liberar a sus encarcelados. Los posicionamientos del PRI respecto del caso EUGENIO pudieron darse a lo largo de las tres horas que duró la comparecencia precisamente del procurador BARRIOS, con un espacio para la exposición y dos rondas de preguntas con sus respectivos espacios para la réplica -que nadie usó-, pero concedieron hacerlo hasta el último punto, el de Asuntos Generales, «despistándose» la presidenta de la mesa, como no escuchó a ETIENNE para declarar concluidos los trabajos.
ALEJANDRO como quiera subió al podio y expresó su solidaridad, en principio, con sus compañera diputada SUSANA HERNÁNDEZ FLORES, y enseguida, con su hermano, el ex gobernador presos, advirtiendo aquellos visos del «michoacanazo». Los panistas no lo escucharon… ya iban en retirada. Para el presidente del Congreso, CARLOS GARCÍA, tales expresiones eran un despropósito, falta de seriedad «ante algo tan serio».