Locuras Cuerdas

Carta a Migración de EU

Los cruces fronterizos son de suma importancia para las economías de EU y México y han hecho de México el socio comercial número uno al menos de Texas. El estado de Texas como gobierno reconoce la importancia de la relación entre ambos vecinos y desde la implementación del TLCAN en el 1994, hoy T-CAN se ha dedicado a mejorar la seguridad del cruce de personas y mercancía.
En ese tenor cada vez que paso a la ciudad de Brownsville, Texas desde Matamoros me viene a la cabeza la contundente idea de que debemos propiciar la activación de un programa para establecer un mejor trato a quienes somos usuarios cotidianos de los diversos puntos de entrada y salida del país para EU por los diferentes puentes, que somos el flujo de personas que en cierta proporción da vida social y comercial a este punto geográfico gobernado por el multimillonario, clasista y elitista Donald Trump. No soy de ideas de izquierda ni mucho menos, y el presente escrito no es berrinche, es claridad en la percepción.
Los pensadores y filósofos franceses decían que había que ejercitar al hombre contra el peligro de la deshumanización. Cada vez que paso por los puntos de entrada a EU quisiera entrar en la mente de su gente, desde el funcionario de migración hasta el comerciante que vive de mis pocas o muchas compras y tratar de interpretar cómo nos ven.
¿Qué somos para ellos? ¿Un mal necesario acaso? ¿Se darán cuenta que una buena parte de su economía funciona gracias a que nosotros cruzamos a su país a gastar nuestro dinero con ellos? Gracias a las muchas personas que pasan ellos reciben por cada mil automóviles de ida y vuelta seis mil dólares; me refiero en particular al que conocemos como el Puente Viejo. Eso se traduce en una mensualidad de 180,000 dólares, que anualizado serían más de dos millones de dólares. Claro que esta cantidad mencionada es totalmente hipotética pues es evidente que el volumen de unidades que cruza es mucho mayor.
No termino de entender el trato poco cordial del que somos objeto los usuarios mexicanos por quienes trabajan en los puntos de entrada a EU. Entiendo la logística de seguridad, pero desde quienes cobran la cuota por el uso del puente hasta los mismos agentes de migración es notorio que su gentileza brilla por su notoria ausencia. Para muestra un botón.
Quienes cruzan a pie se topan ahora con el viacrucis de no poder usar monedas mexicanas para pagar dicho servicio. Antes era posible pagar con cuatro monedas de cinco pesos, y de cierto tiempo a la fecha no nos aceptan nuestras monedas. Incluso si alguna persona de nacionalidad mexicana a la hora de cruzar a pie solo trae billetes mexicanos, no te los cambian por las cuatro pesetas que requieres usar para pasar. Es obligatorio traer las cuatro monedas americanas para poder usar el servicio.
Cabe señalar que en automóvil sí aceptan el pago en moneda nacional pero solamente en billetes, si al momento de cruzar lo único que traes contigo mi querido y dilecto lector son monedas no te aceptaran ningún pago y te verás en menudos problemas.
Y en lo referente al trato de los agentes de migración y aduana de EU, pues el simple y evidente tiempo que nos hacen gastar para autorizarnos la entrada es muy ilustrativo de lo poco sensible que son para con nosotros que somos sus potenciales y únicos clientes comerciales en este punto fronterizo. Es importante señalar que hay algunos agentes de inmigración con mucha empatía hacia nosotros y su tiempo para revisar es ágil y óptimo sin dejar de ser eficiente.
Gran parte de mi vida he sido vendedor de servicios y es más que obvio que a quienes me compran con regularidad les extiendo de una u otra forma algún tipo de cortesía. No será posible que a quienes hacen uso del Puente Viejo a pie, puedan ser revisados por dos agentes de aduanas, tienen dos y solo usan una, eso hace las filas más largas y los periodos de tiempo de espera más prolongados.
Son pequeños detalles que solicitamos quienes hacemos uso de sus instalaciones en forma cotidiana para cruzar a su país con la sola finalidad de ir a gastar nuestro dinero con ustedes y hacer más fuerte y dinámica su vida social y comercial.
Bien que saben que somos incapaces de organizarnos para dejar de cruzar al menos tres días, o una semana para que vivan la consecuencia comercial de tratarnos mal y se den cuenta que mutuamente nos necesitamos.
Entendamos que la especie humana crecerá en estatura y en volumen, pero es de temer que el hombre, como individuo, decline y ciertas facultades eminentes del genio se perderán; y así el comercio, la economía y las artes en nuestra frontera peligran en las celdillas de una sociedad altamente desarrollada pero insensible, en la cual cada individuo no será más que una abeja, un engrane de máquina, un átomo en la materia organizada.
El tiempo hablará.