Locuras Cuerdas

Spock vs House

11/10/2018 – Sin seguidores, el mal no puede extenderse. Spock.
Después del pesimista y dramático artículo del martes pasado titulado “Todos mentimos”, que después de leerlo y releerlo me pareció filosóficamente bastante cutre, es decir pobre y miserable porque ni siquiera aporté un espacio de esperanza para al menos intentar una vida sin mentiras. Bajo esta premisa y explorando posibilidades antagónicas a la teoría de la mentira como recurso inevitable del ser humano, así como desglose los planteamientos del Dr. House en el sentido de que “Todos mienten” hoy quiero aterrizar en tu inteligencia, querido lector, la perspectiva de jamás mentir del personaje Mr. Spock de la serie Star Trek que interpretó el admirable actor Leonard Nimoy. Un personaje fascinante del planeta Vulcano, quien se regía estrictamente por la lógica y suprimiendo todas aquellas emociones que lo pudieran llevar a mentir. El independentista escocés William Wallace decía que hay batallas que aún y que parezcan derrotas seguras hay que hacerlas. Esto lo afirmaba en aquel lejano siglo trece cuando intentaba independizarse de la siempre poderosa Gran Bretaña. No pudo hacerlo, pero lo intentó y de esa forma aportó a la humanidad luchar contra enemigos difíciles como poetas guerreros.
Hoy la costumbre de mentir y las formas de corrupción de antaño dentro del gobierno municipal en Matamoros son el enemigo a vencer; el equivalente a la Gran Bretaña de William Wallace. El flamante presidente municipal Mario López Hernández, ha proyectado en tres puntos lo que pretende que sea su administración: No mentir, no robar y no traicionar. Ante lo que estamos acostumbrados pareciera una forma casi utópica de hacer política. No es que no le creamos, es que la fuerza de la costumbre hasta ahora ha sido totalmente opuesta, diría el señor Spock en un uso deliberado de su lógica vulcaniana.
Sin embargo, para el común de los mortales matamorenses, debemos aterrizar en nuestra inteligencia las características del Señor Spock, de origen vulcano con sangre humana, como ya dije, eminentemente lógico, intuitivo, resolutivo y capaz de hacerle frente al más abigarrado de los dilemas. Y nuestro dilema el día de hoy es unirnos o no a esta forma de hacer política en nuestra ciudad. Encontrar lo más conveniente para nuestra comunidad.
Ante esta propuesta podemos toparnos con esa forma pasiva agresiva de argumentar incredulidad, que nos puede hacer caer en una logística de desempeño cotidiano que avale la corrupción desmesurada como dinámica irremediable y destino inevitable para nuestra ciudad. En el andar histórico de Matamoros hoy se bifurca el camino entre creer o no creer. Diría Shakespeare en la voz de Hamlet: Ser o no ser. Pero lo que muchos no saben es que Shakespeare agregó otro aforismo quizá más importante y que nos auxilia mucho al caso y es que: Tan importante como ser es parecer.
Repito, el Señor Spock de la serie Star Trek, nos recuerda la conveniencia de esa lógica tan esquiva para la raza humana y tan común para la vulcana y que al aplicarla en la práctica cotidiana le permitía en forma inexorable decir siempre la verdad pero también encontrar la más conveniente de las decisiones.
Querido y dilecto lector, es importante señalar como una forma de pensamiento puede conformarnos la mente y afectarnos positivamente la vida, siempre y cuando aceptemos dicho planteamiento como posible en todo lo que nos incumbe. No mentir, no robar y no traicionar suena increíble pero si lo está planteando el jefe de nuestra comuna, porque no sumarse y creerle. Aunque inicialmente pueda parecer iluso, es conveniente para nuestro municipio aceptar esta premisa como punto de partida del cambio tan anhelado. El ejemplo del actor Leonard Nimoy quien personificó al carismático Señor Spock y a quien el personaje se comió a la persona llegando a adoptar algunos de los modos y maneras de su alter-ego vulcano, influenciado por las virtudes y dejándose conformar en su vida por lo que entendió que era positivo para él, al grado que de escribir un libro en 1975 titulado “Yo no soy Spock” terminó escribiendo en 1995 el libro: “Yo soy Spock”, lo que lo proyectó siempre como una persona tremendamente lúcida e inteligente.
Con estas propuestas el alcalde plantea deliberadamente una lucha entre lo meramente emocional, la costumbre, y lo puramente racional, lo conveniente, sin perder de vista que puede haber sesgos y particularidades en lo que pudiéramos llamar el camino a la cuarta transformación concerniente a Matamoros.
Singapur vivía en una inercia de corrupción que parecía un lastre. Hasta que un buen día, hace unos 60 años entendió que las inercias nefastas y los peligros e incógnitas se enfrentan con intrepidez, inteligencia y conocimiento básicamente. Siempre hubo prolegómenos que le apostaban al fracaso. Hoy Singapur es ejemplo. ¿Por qué Matamoros no?
Si bien es cierto que todos mienten, también es cierto que existe el cambio si alguien lo propone. El personaje del Señor Spock se despediría haciendo una “V” con la mano derecha y diciendo: Larga vida y prosperidad para Matamoros.
El tiempo hablará.