La trampa de la gasolina

En las peores condiciones y con todo en contra: una economía que va en picada, reformas estructurales que no cuajan, descrédito internacional y desconfianza de los mercados financieros hacia la política económica, donde ven una perspectiva negativa. También con el repudio generalizado hacia la persona del presidente Enrique Peña Nieto y su gestión.

8/09/2016 – CIUDAD DE MÉXICO.- Esta semana el gobierno federal enviará al Congreso de la Unión el paquete económico –Iniciativa de Ley de Ingresos, Proyecto de Presupuesto de Egresos y las modificaciones fiscales que considere pertinentes– para 2017, penúltimo año de la administración de Enrique Peña Nieto.
Pero lo hace, como no sucedió en los primeros cuatro años, en las peores condiciones y con todo en contra: una economía que va en picada, reformas estructurales que no cuajan, descrédito internacional y desconfianza de los mercados financieros hacia la política económica, donde ven una perspectiva negativa. También con el repudio generalizado hacia la persona del presidente Enrique Peña Nieto y su gestión.
Además con un devaluado ahora ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, que en cuatro años no pudo hacer crecer la economía más allá del 2% que criticó siempre.

Menos gasto
En el contexto de la presentación del paquete económico 2017 hallan también dos factores clave:
Uno, la urgencia de hacer correcciones en materia de finanzas públicas: abatir el ritmo acelerado del endeudamiento, que alcanzará un inédito 50.5% del PIB este año, el más alto de los últimos 25 años; y alcanzar un superávit primario, es decir, dejar por fin el déficit primario, que resulta de no otra cosa que estar pidiendo prestado sólo para pagar los intereses de la deuda, que es lo que ha estado haciendo la Secretaría de Hacienda.
Esa urgencia de corregir las finanzas públicas, de hacer que los gastos no superen los ingresos, inducirá al gobierno a presentar un paquete económico más bien restrictivo, austero o inclusive contraccionista. Menos gasto, pues.
Y dos, los factores políticos. El paquete económico llega en un momento de crisis del partido en el gobierno, que perdió en las elecciones de junio de este año siete de las 12 gubernaturas en juego.
Por eso, para intentar recuperar parte de lo perdido, o no seguir perdiendo, el gobierno no presentará en el paquete económico –lo ha reiterado el secretario de Hacienda– cambios en el ámbito tributario: ni creación de nuevos impuestos ni alzas en las tasas de los ya existentes, que además ya lo había comprometido en el llamado Acuerdo de Estabilidad Tributaria, luego del golpazo que significó la reforma hacendaria que entró en vigor en 2014.
Además en el paquete económico incluirá la propuesta de adelantar para enero próximo la liberalización de los precios de la gasolina, prevista para el mismo mes, pero de 2018, en la reforma energética.
Es decir que el precio de la gasolina ya no será administrado por Hacienda, sino por el mercado. Si suben las gasolinas, Hacienda podrá lavarse las manos y decir: yo no tengo nada que ver… es el mercado.
Y lo más probable es que suban, toda vez que el precio del petróleo, si bien sigue incierto e inestable el mercado internacional de hidrocarburos, apunta hacia el alza.

El adelanto
Y la primera en protestar por la liberalización anticipada es la comisionada presidenta de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Alejandra Palacios Prieto, quien advierte que, si no hay condiciones de competencia, hay un mayor riesgo de que los precios se disparen.
–El gobierno ya ha sugerido que van a adelantar para el próximo año la liberalización del mercado de los combustibles, ¿sería una medida correcta? –se le pregunta a la también maestra en administración y políticas públicas del Centro de Investigación y Docencia Económicas, en una entrevista hecha la semana anterior, cuando todavía no había confirmado Hacienda que iban a hacer la propuesta en el paquete económico de 2017.
Fue apenas la semana pasada cuando, primero el subsecretario de Ingresos, Miguel Messmacher Linartas, en una entrevista radiofónica, y después el entonces secretario de Hacienda, en una comparecencia ante legisladores del PRI, lo confirmaron.
Videgaray argumentó que se hará la propuesta porque hasta ahora no ha habido inversión privada nacional en el sector de los energéticos.
Y dejó sugerido que no es mayor problema si los precios de las gasolinas suben. La gasolina no la consume todo el mundo; sólo los que tienen automóvil, dijo, y agregó que las gasolinas las consumen fundamentalmente las personas de mayores ingresos en este país. Es 10% de la población la que consume la mayor parte de la gasolina en el país.
Entonces, la titular de la Cofece respondió así:
–¿Por qué lo habrían de adelantar? No lo sé. Hay que preguntárselo a ellos. Lo que sí puedo decir es que si lo van hacer, deberían prestar atención a algunas recomendaciones que hicimos, que son más de 20 y versan sobre distintos temas, que van desde infraestructura, señalización de precios, acceso a puertos, aeropuertos, ferrocarriles y demás, para que cuando se libere el precio de la gasolina haya la mayor concurrencia de participantes y eso haga que entre las empresas se dé la competencia, y eso tiene el efecto de disciplinar el precio.
Monopolio
Pero advierte que “si no hay competencia, el riesgo es que cuando tú liberes el precio, este se vaya al cielo porque tienes a un monopolio vendiendo un producto y nadie está controlando ese precio”.
Durante la entrevista, Alejandra Palacios se muestra siempre convencida de que, por donde se le vea, el país no tiene las condiciones para transitar a un mercado de gasolinas con libre fluctuación de precios, pues todavía se adolece de infraestructura insuficiente, incertidumbre entre los inversionistas ante la imprecisión en las distintas regulaciones que norman el mercado, además del control que tiene Pemex en los diferentes eslabones de la cadena de producción.
Aún más grave, explica, el precio de las gasolinas, lejos de disminuir, como lo prometió el gobierno de Enrique Peña Nieto en el caso de una apertura del mercado, se incrementará por una combinación de muchos factores: la logística, los precios internacionales del petróleo, el tipo de cambio y el margen que busquen obtener las diferentes empresas que participarán.
La consejera presidenta de la Cofece considera que la Secretaría de Hacienda no ha tenido una correcta estrategia de comunicación en materia de precios de los combustibles.
“La verdad, es muy arriesgado decir ahorita que el precio de la gasolina va a bajar; no debería decirse. Es muy improbable, muy improbable, que el precio de la gasolina vaya a ser menor al día de hoy.
“El gobierno, en particular la Secretaría de Hacienda, lo que debió hacer, cuando promovía la reforma energética, es decir cómo iba a bajar el precio de un producto que va a ser liberado, y que dicho precio ya no va a depender de ti, sino del mercado.
“En un mercado liberado, tú no te puedes comprometer a un precio. Yo no me podría comprometer con un precio para el huevo, la leche o el maíz. La cadena o formación de precio de esos productos depende del mercado”, concluye.

Carlos Acosta Córdova y Juan Carlos Cruz Vargas