EU y Cuba firman pacto bilateral sobre seguridad

17/01/2017 – La Habana, Cuba.- Con la presencia de Benjamín Rhodes, viceasesor de seguridad nacional, Estados Unidos y Cuba acordaron cooperar en el enfrentamiento al terrorismo, el tráfico de drogas, la trata de personas y otras áreas sensibles para la seguridad de los dos países.

El nuevo acuerdo, que tiene dos años de vigencia prorrogable, se registra días antes de la toma de protesta de Donald Trump , quien plantea revisar la normalización de relaciones en curso entre estadunidenses y cubanas, acordada por los presidentes de ambas naciones en diciembre de 2014.

El «memorando de entendimiento» también establece incrementar el trabajo conjunto «en la prevención y enfrentamiento a delitos cometidos mediante el empleo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, y asuntos de ciberseguridad de interés mutuo».

Igualmente pactaron cooperar en el enfrentamiento al «tráfico de flora y fauna; el lavado de activos; la falsificación de documentos de identidad y de viaje; el contrabando, incluido de armas de fuego, sus piezas, componentes, municiones, explosivos, dinero en efectivo e instrumentos monetarios; entre otros delitos bajo jurisdicción de ambos países».

Según informó el oficial diario Granma, la firma del documento fue refrendada por Jeffrey DeLaurentis, encargado de negocios de la Embajada de EU en Cuba, y del recién nombrado ministro del Interior de la isla, vicealmirante Julio César Gandarilla Bermejo.

Benjamín Rhodes, quien se desempeña en estos dos años como una especie de enviado especial del presidente Obama, viajó a La Habana ayer en «visita oficial» y tiene previsto reunirse con líderes del gobierno nacional.

Este es el segundo acuerdo que firman los dos gobiernos en menos de una semana, luego de que la semana pasada Washington eliminara el programa «pies secos, pies mojados» y suspendiera la acogida desde 2006 de médicos isleños en terceros países que solicitaran viajar a esa nación.

Por su parte, La Habana se comprometió a recibir a los nacionales que deporten los estadunidenses, incluidos cientos de «marielitos», como se conocen a los miles de cubanos que formaron parte de la estampida migratoria por el puerto del Mariel en 1980, que por su conducta antisocial nunca clasifican para residir en aquel país y que hasta ahora La Habana evadía acoger.

Esos acuerdos, al igual que el suscrito ahora, «parecen dirigidos a complicar cualquier cambio de rumo en la política hacia Cuba tras la llegada de Trump a la Casa Blanca», según expertos.

Agencias