EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

Ramón Durón Ruiz

24/01/2016

Es correcto…

Paulo Coelho con singular sabiduría afirma: “Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: 1.- A ponerse contento sin ningún motivo. 2.- A estar siempre ocupado con algo y 3.- A saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea”.
Cuando conectas con la magia que posee tu niño interior, tu vida florece, vives en toda tu plenitud, escuchas el llamado de tu corazón que te invita a ser congruente con tu ser, tu pensar y tu quehacer, en el fondo ser tú mismo.
El niño interior es sabio, vive la plenitud del presente, vibra con la energía de su corazón, tiene la capacidad de sanar, de ayudar al adulto a que su vida se armonice y resplandezca.
El niño interior es flexible, -porque la flexibilidad es vida, la rigidez es muerte-, confía en la vida, fluye con su intuición, que le recuerda que hay un Padre que vela su camino, que amorosamente e ilumina, que todo lo que nos suceda tiene un porqué, porque nada llega por casualidad.
Cuando en un ejercicio, en un acto de recogimiento espiritual, te ensimismas en tu Maestro Divino, te conectas con la magia de tu niño interior, que siempre ama la vida y sueña en la alegría de vivir.
Hay un ejercicio que te invito a que realices, por la mañana, cuando te mires al espejo, conecta con tu mirada, es la puerta de acceso a tu alma, te encontrarás con el niño que hay en tu interior, hazlo crecer con mimos, con palabras de amor, te sorprenderá la luz que llegará a tu vida, te maravillaras con las bendiciones que a ti llegarán, te sorprenderás con los resultados.
Cuando dejas pasar las prisas, la inmediatez, y te permites amar al niño que vive en ti, redescubrirás la magia de la vida y te reencuentras con el potencial que vibra dentro de ti, que en ocasiones desconoces que posees.
Reconocer, conectarte y amar al niño interior renueva tu energía, te recuerda que la vida es un ejercicio en donde se pierde y se gana, el secreto es que “cuando pierdas, no pierdas la lección” HOY DATE PERMISO DE errar para crecer, que en tu vida no haya límites, – “Que tu límite sea el cielo”- ni términos medios, vive la vida a plenitud.
Atraer a nuestra vida los recuerdos del niño que habita en nuestro interior, conecta la trinidad de tu vida: mente-cuerpo-espíritu, alineándolos con el universo, haciéndote merecedores de cientos de bienes y dones que la vida tiene especialmente para ti.
HOY utilizando tu mente, tu poderosa mente, en un sublime acto de amor a ti mismo, permítete que renazca tu niño interior, harás que “cada instante del día… ¡sea el cielo en la tierra!”.
Amar, sentir, vibrar con tu niño interior, es una amorosa manera de ponerle alas a tu existencia, es entender que tu niño sabe intuitivamente que el secreto de la vida se encuentra en que confíes en ti mismo y en la presencia de DIOS, serás altamente creativo, vivirás el presente lleno de alegría y aceptarás la vida como viene, porque viene para tu bien y para que seas feliz.
Resulta que “el viejo Filósofo va a un restaurante y le dice al mesero:
– Por favor tráeme la especialidad de la casa… ¡Un caldo de res!
Mismo que es servido inmediatamente; a los pocos minutos llama al mesero, – Dime Filósofo.
– Te pido un favor, prueba el caldo de res…
– Este, Filósofo ¿Que acaso hay una mosca en el caldo? Si quieres te lo puedo cambiar.
– No, no, tranquilo, sólo prueba el caldo…
– ¡Humm!, ¿Acaso está frío? si quieres te mando calentar.
– No hombre, tranquilo, sólo hazme el favor de probar el caldo…
– ¡Por favor! dime, que tiene el caldo de res ¿que acaso trae un cabello?
– ¡Tú sólo pruébalo!
– ¡Por favor!, dime que tiene el caldo, si quieres te lo cambio inmediatamente.
– Mira… ¡Tú prueba el caldo!
– Está bien lo voy a probar, y ¿‘ónde está la cuchara?
– Es correcto ‘abrón… ¡TRAÍME UNA ‘INCHE CUCHARA!”.