Crece en Texas el uso de los electroshocks

Dallas Tx.-El uso de la terapia electroconvulsiva crece en Texas, como tratamiento para algunas enfermedades mentales, especialmente la depresión severa. El Dallas Morning News reporta que cifras recopiladas por el Departamento de Salud del estado muestran un aumento del 67 por ciento desde el 2001 en el número de terapias electroconvulsivas.

Historia

El tratamiento, mejor conocido como terapia de electroshock, fue usado 14 mil 176 veces en Texas en 2 mil 243 pacientes entre el 1 de septiembre de 2012 y agosto 31 de 2013. Las cifras no incluyen hospitales militares y de veteranos. Texas es el único estado que mantiene un riguroso conteo oficial de los procedimientos. Los médicos que usan el tratamiento dicen que lo hacen porque es efectivo, y señalan que ya no causa que los pacientes se convulsionen porque están completamente anestesiados y reciben un relajante muscular.

Consecuencias negativas

También dicen que han aprendido a refinar el tratamiento, y, en general, la tecnología ha mejorado. Pero los críticos dicen que siempre ha causado, y sigue causando, daño cerebral y pérdida de memoria a largo plazo. El doctor Max Fink, un psiquiatra que defiende la terapia electroconvulsiva, la llama “el tratamiento más seguro en la psiquiatría”. Mientras que Peter R. Breggin, un psiquiatra de Nueva York que piensa que el tratamiento debería ser detenido, dice que es “devastador para el frágil cerebro”.

Efectividad

La Asociación Estadounidense de Psiquiatría y la Asociación Médica de Estados Unidos han reconocido la efectividad del procedimiento y está cubierto por el Medicare y muchos planes de seguro médico. En 2011, la Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) publicó una serie de estudios médicos sobre el tratamiento, diciendo que generalmente concluyeron que “probablemente es más efectivo que algunos antidepresivos”. La FDA dice que los estudios también descubrieron que no hay evidencia que sugiera que el tratamiento cause daño cerebral. Pero el debate aún no termina. Un estudio británico publicado en 2012 en Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias encontró que el tratamiento “tiene efectos duraderos sobre la arquitectura funcional del cerebro”. Y un análisis de varios estudios, publicado en el diario europeo ahora llamado Epidemiología y Ciencias Psiquiátricas se criticó duramente al procedimiento, ya que los autores mencionaron daño cerebral, pérdida de la memoria y un riesgo ligeramente mayor de muerte.