Tips para ya no atracarte de comida

El trastorno por atracón ha ganado más atención recientemente por su inclusión en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5). El trastorno por atracón suele asociarse a la obesidad, pero también puede afectar a las personas con peso normal o a aquellas que tienen sobrepeso pero no llegan a ser obesas. Los episodios frecuentes de atracones pueden ser perjudiciales para la salud mental y puede causar un agotamiento emocional significativo. Muchas personas han controlado exitosamente el trastorno por atracón por medio del tratamiento. Deshazte de la comida poco saludable que tengas en la casa. No llenes tu despensa con comida chatarra. Estos alimentos generalmente no tienen un equilibrio dietético y tienen un alto contenido de calorías, de carbohidratos y de azúcares. Haz un esfuerzo consciente para llenar tu cocina con opciones saludables de comida. Prepara tu propia comida y cómela fresca. Si tienes que preparar tu alimento, requerirá de una decisión consciente hacer una comida en vez de simplemente tomar una bolsa de galletas o algo de helado y comer sin pensar.

Mantente activo y evita el aburrimiento

Algunas veces, puedes recurrir al atracón para llenar el vacío en tu tiempo, aunque no tengas hambre. Cuando estás desocupado, sal de la casa, saca a pasear a tu perro, pasea por un parque cercano o sal a montar bicicleta por el vecindario. El aburrimiento puede provocar antojos de comida poco saludables.
El ejercicios regular también mejorara la resistencia y te ayudará a manejar de manera más efectiva el estrés.

Come una dieta saludable

Evita saltarte comidas y escoge los alimentos que tengan muchos valores nutricionales. Come un desayuno saludable y refuérzalo con un almuerzo y una cena equilibrados. Para rematar, come un refrigerio nutritivo. Comer bien durante el día puede controlar los antojos de comida poco saludables.

Mantén un diario de comida

Hacer un seguimiento de lo que comes y de las conductas que te acompañan cuando comes te ayudará a ser más consciente de tus hábitos alimenticios. Esto te ayudará de manera adicional a hacer cambios saludables a tu conducta alimenticia. Además de hacer un seguimiento a qué y a cuánto comes, también incluye la información con respecto a tu estado de ánimo, si comes solo o con otros, qué otras actividades haces mientras comes, el tiempo y la ubicación.