La familia ha señalado directamente al personal médico de la clínica, incluyendo al Dr. Willebaldo Tizcareño por su presunta negligencia, trato indigno y posterior ocultamiento de información en la Clínica de Especialidades Médico Quirúrgicas.
Durante la cesárea, el cirujano responsable extrajo lo que describió como un “tumor” en el abdomen de la paciente. Posteriormente, el mismo centro cobró por enviar la muestra a patología.
Meses más tarde se confirmó que la supuesta masa no era un tumor, sino uno de los ovarios de la mujer. Nadie del equipo médico informó claramente sobre esta intervención, recuerda el esposo, quien señaló que el propio Dr. Willebaldo le reclamó por no haber informado sobre un “tumor” previo: “Yo no soy médico, entregamos todos los documentos”, le respondió en 2023.
A esto se sumó el trato de las enfermeras, quienes fueron groseras e insensibles, incluso durante el proceso postoperatorio, relató el hombre señalando como principal responsable a Tizcareño, quien ahora enfrente una ola de acusaciones por presuntas negligencias principalmente contra mujeres y recién nacidos.
Tras recibir el alta médica el estado de salud de la paciente empeoró rápidamente. Presentaba dolor intenso, debilidad, ictericia y sangrado constante por el drenaje quirúrgico. Pero a pesar de la gravedad, las enfermeras minimizaban las señales de alerta.
Las enfermeras fueron otro de los obstáculos que presentó la familia, ya que alegaban no ser doctoras para atender la situación y que las únicas personas con la capacidad para responder se encontraban en su hora de comida: "no les gusta que las molesten".
El drenaje tipo Penrose seguía filtrando sangre de forma continua, sin que se tomaran medidas médicas o higiénicas adecuadas. El esposo, ya angustiado para este punto, acudió a su médico de cabecera, quien ordenó una tomografía de urgencia.
El diagnóstico terminó por ser devastador, pues la mujer tenía una perforación interna, sangraba por dentro y estaba en estado crítico.
Con los costos de una terapia intensiva en un hospital privado estimados en más de 100 mil pesos diarios, la familia optó por una alternativa casi desesperada: trasladar a la paciente al Hospital General de Zona No. 2A "La Margarita", del IMSS.
Fue aquí cuando el esposo acudió a la clínica original para pedir el expediente médico debido a que lo requerían en el hospital, pero la respuesta de Willebaldo Tizcareño fue tajante:
"Yo tengo el dinero para poder pagar la vida de quien sea [...] siempre y cuando me lo pida la ley. Y como a mí la ley no me hace nada [...]", insistió Willebaldo en un actitud ahora tajante, retando incluso al esposo a que hiciera la denuncia.
También intentaron enviarlo a arbitraje médico, un mecanismo que —según el abogado del hombre— se utiliza para dilatar o frenar demandas.
En el IMSS, los médicos estimaron que la mujer tenía apenas un 20 por ciento de probabilidades de sobrevivir, pero con todo y el riesgo tuvo que ser sometida a una tercera cirugía urgente.
Durante la operación se descubrieron graves daños: la matriz estaba perforada y desprendida, lo que obligó a practicar una histerectomía. También había severas lesiones en los intestinos.
Contra todo pronóstico la paciente sobrevivió y permaneció en terapia intensiva. Ahora enfrenta secuelas hormonales permanentes debido a la pérdida del ovario y del útero.





