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El Senado de Estados Unidos comenzó hoy el proceso de confirmación de Amy Coney Barrett, la jueza conservadora nominada por el presidente Donald Trump, para la Corte Suprema de Estados Unidos, un hecho que ocurre a pocas semanas de las elecciones y que fue criticado por el sector de los demócratas.
Según lo trascendido por los medios locales ayer, Amy Coney Barrett ingresaría argumentando que abogaría por un Tribunal Supremo independiente para todas y todos los estadunidenses.
«Tendremos una audiencia con la esperanza de que el país aprenda más sobre la juez Barrett, la ley y las diferentes formas de juzgar», dijo la presidenta del Comité Judicial del Senado, Lindsey Graham, al iniciar el proceso.
Graham elogió a la jueza Ruth Bader Ginsburg, cuya muerte en septiembre abrió el camino para la nominación de Barrett. «Vamos a llenar esa vacante con otra gran mujer», dijo.
Las especulaciones sobre la postura conservadora Barrett han ido en aumento. En la copia de su discurso presentada por los medios, la jueza busca establecer que su carrera legal no define su identidad y su vida general.
Además, ella misma argumenta que el puesto de Ruth Bader Ginsburg, quien se caracterizó por ser una jueza progresista, «nadie jamás lo ocupará».
Agencias
