Senado de EU discute sobre reforma electoral que divide a republicanos y demócratas

El Senado de Estados Unidos aborda este martes un tema central para la democracia y que divide profundamente a republicanos y demócratas: el acceso al voto, tras unas elecciones de 2020 empañadas por las infundadas acusaciones de fraude del ex presidente Donald Trump.

El Senador debe decidir si debate o no una histórica reforma electoral para ampliar el acceso al voto promovida por el presidente demócrata Joe Biden, que tiene pocas probabilidades de ser apoyada por los republicanos.

La Ley para el Pueblo (For The People Act) busca garantizar que los estadounidenses puedan votar por correo sin restricciones y tener acceso completo a la votación anticipada. También reforma las leyes de financiamiento de campañas e intenta impedir el rediseño de las líneas de distrito según intereses partidistas, una cuestionada práctica conocida como ‘gerrymandering’.

El proyecto de ley ya fue aprobado por la Cámara de Representantes controlada por los demócratas, pero parece condenado al fracaso en el Senado, dividido 50-50 entre demócratas y republicanos y donde la estrecha mayoría demócrata está asegurada por el voto de la vicepresidenta Kamala Harris.

Pero incluso si todos los demócratas lo apoyaran, la iniciativa no alcanzaría los 60 votos necesarios para superar el voto de procedimiento que habilitaría su consideración.

El líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, destacando lo que llamó «un reguero de leyes republicanas de supresión de votantes que se extienden por todo el país», criticó a sus rivales por buscar una «flagrante» ventaja electoral partidista.

Schumer dijo que los republicanos, muy conscientes de que Trump siente que la votación por correo y otras opciones de ejercer el derecho al voto llevaron a su derrota, «están apuntando deliberadamente contra todas las formas en que los votantes más jóvenes, más pobres, no blancos y típicamente demócratas acceden al sufragio».

La unión de los demócratas para la reforma electoral
La votación del Senado está programada para las 17:30 horas locales. Y aunque fracase como se prevé, los demócratas esperan reclamar una victoria moral y destacar la oposición republicana a los principios democráticos básicos del derecho al voto.

La Casa Blanca ha reconocido que la votación no prosperará, pero dijo que busca la unanimidad entre los demócratas, particularmente después de que el senador Joe Manchin presentó un proyecto de ley más moderado con el que cree que puede convencer a algunos republicanos.

«Lo que estamos midiendo es la unidad del Partido Demócrata. No lo estábamos hace un par de semanas», dijo el lunes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
En todo caso, Psaki dijo que la votación podría «impulsar una nueva conversación sobre el camino a seguir» en el Congreso. Los republicanos, empero, se mantienen firmemente en contra de la iniciativa demócrata.

El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, dijo en un discurso previo a la votación que este proyecto demócrata es un «plan claramente partidista para inclinar todas las elecciones en Estados Unidos permanentemente a su favor».

«Es una receta para socavar la confianza en nuestras elecciones, rehacer todo nuestro sistema de gobierno para que se adapte a las preferencias de un extremo del espectro político», afirmó.
Biden ha advertido que la democracia estadounidense está siendo «atacada» por los esfuerzos de las legislaturas estatales republicanas para poner fin a la votación por correo sin excusas, reducir la votación anticipada, restringir el uso de buzones y evitar que se presenten tarjetas estudiantiles como forma de identificación para poder votar.

Sin embargo, los activistas más radicales se quejan de que Biden no está haciendo lo suficiente.

«¿Salvar la democracia es una prioridad para esta administración o no? Los fanáticos de la derecha están desmantelando sistemáticamente nuestras instituciones democráticas», dijo en Twitter, Ezra Levin, codirector ejecutivo del grupo electoral progresista Indivisible. «Es hora de que el presidente salga de la banca y entre en el juego, o todos perderemos».

Agencias