Reinicio de misas presenciales el 6 de julio, con protocolo sanitario

Tras confirmar que ya son dos sacerdotes con síntomas de Covid-19 que son atendidos por especialistas del sector salud, el obispo de la diócesis de Matamoros, Eugenio Andrés Lira Rugarcía, dio a conocer este fin de semana un protocolo sanitario que permitiría el reinicio de las misas presenciales a partir del 6 de julio, siempre y cuando el semáforo de la Secretaría de Salud lo permita.

A los papás
Y en su homilía del servicio dominical, hizo un reconocimiento a la difícil tarea de ser padre, donde destaca que nadie nace sabiendo cómo serlo, por lo cual cometen errores, pero afirma que de nada sirve guardar rencores. A veces de grandes, los hijos entendemos que “el viejo tenía razón” cuando les imponía restricciones o hacía mal algunas cosas que suponía en su juventud que pudieron ser las correctas.
Dios es su modelo para comunicar la vida, sostenerla y ayudarla a que llegue a plenitud física y espiritualmente, para que conserve la vida y la salud, maduren emocionalmente, dijo.
Pidió a los buenos cristianos reconocer los aciertos de los padres y no fijarnos en sus fallas, aun cuando no estuvieron presentes. Si han fallecido, dijo, sigamos unidos a ellos.

Reglas
El líder de la Iglesia católica en el noreste tamaulipeco explica que en el documento «Iglesia segura en tiempo de pandemia, protocolos sanitarios», se establecen diversas medidas que aplicarán para la reapertura de los templos, prevista para el 6 de julio, pero condicionadas por la propia diócesis, al estatus del semáforo sanitario de la Secretaría de Salud.
De hecho, se adelanta que se hará a los ocho días posteriores, luego a los 15, una evaluación y en caso de considerarse riesgos a la salud, se podría reconsiderar todo.
Para el 6, sólo abrirán las iglesias para las misas, no otras instalaciones para eventos tradicionales como conferencias, pláticas, retiros espirituales o demás. Los templos deben ser sanitizados para cada ceremonia.
No se permite por ahora el acceso a niños ni personas vulnerables, como ancianos, embarazadas o quienes padecen enfermedades crónico-degenerativas.
Sólo se recibirá a un 30 por ciento de la capacidad de cada templo, y habrá personal previamente capacitado, para atender y acomodar a cada asistente para procurar la sana distancia. No se utilizarán ventiladores para evitar riesgo de propagación de patógenos; todos deben usar cubrebocas.

Modifican
También en los rituales se autorizan cambios temporales, como la dispensa de asistir a la celebración, se suspende el rocío con agua bendita a los feligreses, el oficiante les dará su bendición con la señal acostumbrada. En la celebración nupcial, se permite suspender intercambio de arras y anillos, así como la imposición del lazo, por razones sanitarias.
Para la confesión, el sacerdote no atenderá en el confesionario, sino en un área ventilada pero cuidando la privacidad del penitente, usando además de cubrebocas, una careta. Si hubiere muchos para confesión, en razón de los riesgos a la salud o en apremio al tiempo, el cura podrá pedirles un acto de contricción o compromiso de posteriormente exponer sus faltas, y por ahora darles una absolución grupal.
En misa, se pide al oficiante ser muy conciso con su mensaje u homilía, que la ceremonia no dure más de 45 minutos. La limosna no se pedirá durante la misa, sino que al salir, los asistentes podrán depositarla en un contenedor que habrá cerca de la puerta.