Policía de Nueva Zelanda mata a extremista que apuñaló a seis personas en Auckland

Un extremista islámico de 32 años entró a un supermercado de Auckland, Nueva Zelanda, y atacó con arma blanca a seis personas que se encontraban en el lugar. Las víctimas fueron atendidas por los servicios de emergencia, mientras tres permanecen en estado crítico. Menos de un minuto después del ataque, el hombre fue abatido por dos agentes de policía que lo vigilaban de cerca.

El atacante, proveniente de Sri Lanka, era bien conocido por las agencias de seguridad del país por su “violenta ideología, inspirada en el Estado Islámico”, dijo la primera ministra Jacinda Ardren en una rueda de prensa en la que lamentó el hecho. La líder añadió que la policía lo vigilaba constantemente, lo que explicó la inmediata intervención policial.

Los agentes presentes tal vez hubieran podido “hacer más o actuar con más rapidez”, admitió el comisionado de la policía neozelandesa Andrew Coster, pero los policías que lo vigilaban no detectaron un comportamiento sospechoso que ayudara a una interpelación prematura.

A las 14:40 (hora local), el hombre «entró en la tienda, como ya había hecho antes, y obtuvo el cuchillo allí», dijo el comisionado de la policía y añadió que «los equipos de vigilancia estaban lo más cerca posible para controlar su actividad».

Según un testigo del ataque, el atacante gritó “Allahu akbar” (‘Dios es grande’ en árabe) antes de apuñalar a las personas que se encontraban alrededor suyo y “corriendo como un loco”.

Un hombre de 34 años que presenció el inicio del ataque dijo al medio nacional ‘New Zealand Herald’ que el asaltante «tenía un cuchillo bastante grande, del tamaño de su brazo. Pude ver a una señora con una camiseta blanca completamente ensangrentada, ella tenía mucho miedo. La gente intentó ayudarla».

La primera ministra, conocida por su posición comprometida en la lucha en contra de mensajes de odio, recordó que este “abominable” ataque fue perpetrado por “un individuo, no por una fe, no por una cultura, no por una etnia, sino por una persona que se dejó llevar por una ideología que no es apoyada aquí ni por ninguna comunidad”.

Por su parte, el primer ministro australiano, Scott Morrison, envió un mensaje de solidaridad y dijo que su país condena “el horrible ataque terrorista en Auckland. Nuestros pensamientos están con todos los afectados. Nos unimos a nuestra familia neozelandesa para deplorar todos estos actos violentos diseñados para crear miedo y dividirnos».

Una situación tensa desde los ataques en Christchurch

Los motivos del asaltante aún no son claros todavía. Ardern sin embargo, recordando que “sería un error dirigir cualquier frustración a alguien más allá de este individuo”, hizo la pregunta de este hubiera podido ser una venganza por los tiroteos en las mezquitas de Christchurch por el supremacista australiano Brenton Tarrant, que dejaron 51 muertos.

Brenton Tarrant fue condenado en agosto del 2020 a cadena perpetua sin derecho a fianza por 51 cargos de asesinato, 40 de intento de asesinato, y uno por terrorismo. La matanza provocó cambios en la legislación sobre las armas en Nueva Zelanda. Se prohibieron completamente algunos tipos de armas semiautomáticas, como la que se usó en Christchurch.

Desde este ataque, que sorprendió a muchos en un país con una tasa relativamente baja de criminalidad, las autoridades neozelandesas han subido la guardia. Según las primeras constataciones, el ataque de este viernes lleva a preguntarse por qué se permitió a una persona tan vigilada poder perpetrar esas acciones.

El atacante no había cometido delitos que justificaran una detención, dijo la primera ministra y «en cambio, se le vigilaba constantemente, se le seguía», añadió Ardern.

Entre las decenas de personalidades que condenaron el ataque, también se encuentran algunos miembros de la mezquita Al Noor, una de las dos atacadas en 2019. «Estamos con las víctimas del horrible incidente», dijo Gamal Fouda, el imán de Al Noor. «Sentimos fuertemente el dolor del terrorismo y no hay palabras que puedan transmitir nuestra condena a un acto tan horrible.»

El año pasado, en su informe anual, el servicio de inteligencia neozelandés había señalado que durante el año se habían investigado entre 30 y 50 personas sospechosas de violencia extremista, alertando de posibles ataques.

Agencias