Orbe

El servicio al pueblo y la mala publicidad

ANALIZANDO LOS CASOS DEL GOBERNADOR DE TAMAULIPAS Y EL ALCALDE DE REYNOSA
De los 130 millones de mexicanos que habitan esta nación tan rica y al mismo tiempo tan pobre en diversos sentidos, el número de damnificados por causa de cientos de políticos corruptos es sumamente considerable.
Si partimos de las cifras presentadas hace menos de un año por el ahora recién extinto Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el país viven 46.8 millones de personas en situación de pobreza.
Una cifra que para reconocidos expertos no es fácil de afirmar sea la correcta, ni tampoco que su medición haya sido llevada a cabo con la mínima de las precisiones.
Esta crítica, de las malas mediciones, para ir al grano, refleja, como siempre, que la pobreza en sus diferentes escenarios siempre ha sido y será (mientras la corrupción y la mediocridad campeen) un fenómeno bastante difícil de combatir.
Que incluso, al no haber mediciones confiables, esta situación da paso a otras mediciones, como las anunciadas hace varios años por la Universidad Iberoamericana y el Tec de Monterrey, que hablaban de hasta 75 millones de pobres, casi un 55% de los 130 millones de habitantes y no el 36% oficial que representarían los 46.8 millones de individuos viviendo en miseria.
Pero, al paso que marchan las cosas, y con la corrupción que asfixia al país desde hace muchas décadas, cualquiera creería que no son 46.8 millones sino 75 millones de personas las que se debaten en la penuria.
EL ESTANCAMIENTO DE MÉXICO, EL BALANCE ÉTICO Y PAÍSES QUE SALIERON DE LA POBREZA
¿Qué es entonces lo que sucede? ¿Por qué México siempre permanece estancado en la misma y grave problemática a diferencia de países como por ejemplo Vietnam, Singapur y Corea del Sur, e incluso China que ahora ya es considerada no sólo rica sino superpotencia, por hablar de algunos ejemplos destacados?
Hoy ya se habla, más allá de la corrupción, de la ausencia del llamado “Balance Ético” de los gobiernos y de los políticos que se disputan el poder, de gente que no entiende ni para qué están vivos, mucho menos alcanzarán a comprender el más elemental mandato de la política de calidad que debe impartir un Estado.
De ahí vemos, por ejemplo, que personajes como el gobernador Américo Villarreal Anaya, pese a los vendavales del cambio permanece firme en sus proyectos, atendiendo inclusive, como ocurrió hace algunos días afuera de Casa de Gobierno, a varias personas que solicitaban el apoyo de las autoridades de Tamaulipas.
Otros casos, que los hay, ahí tiene usted al alcalde de Reynosa, Carlos Peña Ortiz, siempre en medio del escándalo, y cuya administración, al margen de acusarla o no de corrupta y mediocre, no reúne las condiciones para llevar a esa importante ciudad fronteriza a la evolución de convertirse en una comunidad de primera calidad.
ERASMO GONZÁLEZ, CARMEN LILIA CANTUROSAS Y ALBERTO GRANADOS
Otro es el caso de Erasmo González Robledo, presidente municipal de Madero, del que no me ocuparé precisamente por ignorar o haberse enredado en los nombres de algunos héroes de la Independencia, sino más bien en algunos y evidentes fracasos que lo ha llevado a que su relación con la ciudadanía ha suscitado la indiferencia entre él como gobernante y esa misma ciudadanía como gobernada.
Otros como la alcaldesa de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas Villarreal y el presidente municipal de Matamoros, José Alberto Granados Favila, se debaten en medio del buen servicio público y la mala publicidad.
Este listado incluye a regidores, diputados locales y federales, senadores, e infinidad de presuntos dirigentes políticos que hacen mucho y no hacen nada, pero bien que cobran (y puntualmente) sus “servicios” a las arcas públicas.
Este es el tema que recorre a México y al planeta entero, y que ajeno a cualquier ideología política viene a revelarnos que lo único que cuenta son los resultados a favor de los pueblos. Lo demás son payasadas.
Muchos de estos pueblos vistos como borregos, aunque en otros casos vistos como comunidades de personas que merecen todo el respeto, tienen una exigencia común: Que la clase política cambie su lógica, que cultive la justicia y que dentro de sus filas hagan todos los esfuerzos por curar la enfermedad esa de enriquecerse sólo por acumular dinero, sin siquiera saber para qué propósito.
¡Deseándoles un día maravilloso!