La famosa influencer de crianza Lindsay Dewey compartió la devastadora noticia del fallecimiento de su hijo de 22 meses, Reed, tras un trágico accidente en su hogar en Idaho.
Según explicó Dewey en sus historias de Instagram, el niño estaba jugando con un tazón con ventosa, pegándolo a un espejo y tirándolo de un lado a otro.
Sin que ella lo supiera, ese inocente juego se convirtió en una trampa mortal: la fuerza del movimiento hizo que el espejo, que no estaba asegurado, se desprendiera y cayera sobre el pequeño.
Dewey relató que en el momento del accidente estaba a solo tres metros de Reed, preparando la cena en otra habitación.
Creía que el niño seguía jugando con fichas magnéticas, sin imaginar que había encontrado otro objeto de entretenimiento. Solo se dio cuenta de lo sucedido cuando escuchó el estruendo del espejo al caer.
A pesar del gran peso del espejo, Dewey logró levantarlo de inmediato, en cuestión de cinco segundos. Sin embargo, las lesiones ya eran graves.
“Cuando sucedió al principio, estaba tan confundida sobre cómo pasó… Nuestros hijos no tienen la fuerza suficiente para moverlo, y mucho menos para bajarlo. Y como lo sabíamos, no sentíamos la urgencia de sujetarlo. Parecía imposible que se cayera sin motivo alguno, considerando su ubicación y peso”, escribió en su publicación.
Fue entonces cuando notó el tazón adherido al espejo. “Descubrí EXACTAMENTE cómo sucedió”, lamentó.
Dewey explicó que siempre ha sido una madre especialmente cuidadosa y que su casa está llena de medidas de seguridad, con anclajes en muebles y protecciones en ventanas, puertas y enchufes.
Incluso el espejo solía estar sostenido por una silla, pero recientemente habían cambiado los muebles de lugar para limpiar después de que su perro orinara en la alfombra.
“Hubo tantos detalles que condujeron a que esto fuera una tormenta perfecta. En definitiva, un accidente trágico e inesperado. De algo que jamás podremos recuperar”, expresó con profundo dolor.
Reed fue trasladado de urgencia al hospital, pero las noticias no fueron alentadoras. Según compartió su madre en Instagram, el niño quedó en coma debido a la inflamación cerebral provocada por el impacto.
Los médicos informaron que tenía una respuesta pupilar limitada, su autonomía respiratoria estaba comprometida y su funcionalidad cerebral era mínima. Finalmente, después de días de incertidumbre, los especialistas confirmaron que Reed tenía muerte cerebral.
Ante la irreversibilidad de la situación, los padres de Reed tomaron la difícil decisión de donar sus órganos. En una publicación del 21 de febrero, Dewey expresó su esperanza en medio de la tragedia:
“Me he estado diciendo: ‘Si no consigue su milagro, se convertirá en uno’, y eso es lo único que me ayuda a superarlo. Aunque no se salvó, está salvando vidas”.
Agregó que los órganos de su hijo fueron donados a cinco receptores.
Agencias