Karla, originaria de San Luis Potosí, vive en Chicago se levanta todos los días a las cinco de la mañana para atender a sus hijos y a su marido quien trabaja en la construcción. Dejó a su familia y a sus raíces en México en busca de un futuro mejor para sus hijos. Hace tres años vivía en una de las zonas marginadas de la capital del estado, en condiciones muy precarias. Su esposo trabajaba en EU para enviar dinero a la familia hasta que pudieron reunirse todos en el país norteamericano hace dos años.
La familia vive en Chicago, pero ahora con las deportaciones están en constante amenaza. Karla reconoce que septiembre es uno de los meses más nostálgicos para quienes viven fuera de México. Además no puede viajar a su país de origen para sentir la calidez de los suyos pues no podrían regresar.
“Si me preguntas, claro que extraño a mi país, a mi gente y quisiera estar allá, pero también es doloroso saber que allá no hay más para uno, no hay oportunidades ni puedes aspirar a más", expone Karla.
Antes colgaban banderas mexicanas y celebraban en grande pero este año no lo harán debido a los operativos del ICE. "Ahora ya no salimos para nada. Ellos [sus hijos] es de la escuela a la casa".
Este año decidieron que no habrá festejos pues temen llamar la atención y que las familias sean separadas por las deportaciones.
Agencias
