‘Mata Bellas’: cirujano plástico de Chihuahua es acusado de provocar muertes y secuelas a varios pacientes

El deseo de alcanzar el “cuerpo buchón” ha empujado a muchas mujeres crucen la frontera en busca de cirugías asequibles.

Prometía cuerpos perfectos, pero dejó muertes y secuelas. Así es como describen su pesar varias mujeres y familiares de víctimas que murieron en el quirófano tras operarse con el cirujano plástico de Chihuahua, Jorge Luis Muñoz Zúñiga.

Lo que comenzó como un viaje para cumplir un sueño estético, terminó en tragedia.

La muerte de Mayra Guadalupe Urías Sigala, una instructora de pesas originaria de Odessa, Texas, quien viajó a Chihuahua capital para someterse a una cirugía plástica, ha sacado a la luz una serie de presuntas negligencias médicas y muertes vinculadas al cirujano.

Mayra, madre de dos hijos, fue intervenida el 19 de marzo en la clínica Diet Center. Había pagado 10 mil dólares por una lipoescultura, remodelación de costillas y cambio de implantes mamarios. Pero nunca salió con vida del quirófano.

“Nos dijeron que tuvieron complicaciones con la anestesia, pero tardaron cinco horas en informarnos. No le hicieron nada de lo que habían prometido. Sus hijos se quedaron sin madre y nadie nos da respuestas”, dijo entre lágrimas Mimi, tía de la víctima.

La noticia se viralizó y abrió una caja de Pandora. A través de redes sociales, más pacientes comenzaron a denunciar al mismo médico, relatando secuelas físicas, infecciones severas e incluso otras muertes en quirófano.

No es la primera: otros casos mortales
En la lista de víctimas también están Jessica Alejandra Ramírez Sánchez, fallecida el 3 de agosto de 2022, y José Alfredo Hernández Chacón, quien murió el 7 de septiembre de 2024, ambos tras cirugías con el doctor Muñoz Zúñiga.

La Comisión Estatal de Conciliación y Arbitraje Médico en Chihuahua confirmó que, aunque el médico no está bajo un proceso legal formal, hay registros de varias quejas similares.

“Cuando hay casos repetitivos y el médico no se presenta, damos vista a instancias como Coespris o la Dirección de Profesiones. Si hay patrón, debe investigarse”, dijo Nora Villa, comisionada estatal.

Uno de los testimonios más estremecedores es el de Fernanda Carrasco, una joven de 25 años que soñaba con ser actriz. El pasado 12 de febrero, pagó más de 100 mil pesos por una liposucción. Las cánulas que usaron le provocaron quemaduras internas, infecciones, anemia grado 4 y daños cerebrales por falta de oxigenación.

“Me salió pus, tenía fiebre, no comía, y él decía que era porque yo era hu…, que estaba mimada. Me hizo sentir culpable. Hoy tengo secuelas en el corazón, perdí contratos como actriz y no puedo retomar mi carrera”, confesó.

También está el caso de Gabriela Macías, residente de Nebraska, quien contactó al cirujano por internet. Pagó 200 mil pesos por una lipoescultura en septiembre de 2024. Terminó con necrosis y una herida tan grande que no pudieron cerrarle la piel.

“Me dejaron un hoyo. Me deprimí, gasté otros 9 mil dólares en curaciones en Estados Unidos. Mi hija tuvo que ir por mí. Llegué directo a urgencias”, contó Gabriela, aún con miedo de mostrar su rostro.

Aunque el médico está en regla, pues de acuerdo a la Dirección de Profesiones de Chihuahua tiene su cédula profesional activa, no pertenece al Colegio de Cirujanos Plásticos de Chihuahua, lo cual representa una señal de alerta, según los especialistas.

“Nuestros estatutos no permiten que ingresen médicos que egresen de escuelas no certificadas por el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica. Algunos, como este doctor, salen de cursos que ni siquiera están avalados después de 12 años de revisión”, explicó el Dr. Ricardo Baca, secretario del Colegio.

“Si un médico tiene pérdidas humanas frecuentes, debe revisar sus procedimientos. Está afectando a pacientes, a familias y al gremio entero”, agregó.

Agencias