Locuras Cuerdas

Ciudadanos participando en el IETAM y el INE

La política, la auténtica política, que es la que puede cambiar, transformar, modificar, hacer y deshacer, exige optimismo. Jesús Reyes Heroles.
Participar de manera cercana como ciudadano, en los procesos electorales en puerta, produce una gran emoción que sólo se puede entender cuando lo experimentas en forma directa. El formar parte del décimo primer distrito electoral en el Estado de Tamaulipas es toda una promesa de emociones, retos y experiencias que quedarán en la historia de vida de quienes tenemos la fortuna de haber sido elegidos para cuidar y avalar el presente proceso electoral.
Cuando te enfrentas con la vida después de la ficción, es decir, cuando te animas a participar más allá de lo que tu mundo mental pueda limitarte y decides hacerle frente al mundo real, ya no queda en tu itinerario lo que te pudieron haber contado, ya no son solo las percepciones las que te edifican, sino las realidades del mundo. Y los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES) sólo se pueden conocer nítidamente formando parte de ellos.
Y en ese mismo tenor, evitamos quedarnos limitados, encontrando más realidad en la idea que en la cosa misma. Y de esa forma preferir activarnos como ciudadanos para ser parte de la historia en el nivel de protagonismo positivo que podamos lograr. Es por eso que hoy quiero invitar a la comunidad tamaulipeca a participar como ciudadanos activos en el proceso electoral que está en puerta.
Hoy estamos frente a un proceso histórico que demanda ciudadanos para participar en él como Supervisores Electorales (SE) o Capacitadores Asistentes Electorales (CAE). Es posible, incluso probable, que los ciudadanos comunes no sepan qué significado tienen esos dos conceptos mencionados, y que por parecerles su definición poco familiar, en automático lo descartan.
“Rechazas lo que ignoras”, decía el enamorado a su amada, cuando éste le declaraba su amor con las mejores intenciones para hacerla el objeto único de su afecto (Ángeles Mastretta dixet). Hoy lo digo como miembro del IETAM e indirectamente del INE, hay una invaluable oportunidad para entrar en las entrañas de la elección más grande de la Historia de México.
Y en la nebulosa región entre la espera del evento y el evento mismo van fluyendo las oportunidades para participar. Mientras más ciudadanos estemos dispuestos a hacerlo, esos mismos ciudadanos estaríamos conformando un país de primera. Tendremos los elementos de juicio más contundentes para exigir a quienes sean los elegidos.
Es una forma de inducirnos a nosotros mismos para ser una sociedad civil de primera. No es una participación para lograr una ventaja material. Es por puro auténtico amor a México. Es pasar de las palabras a los hechos. No es gritar “Viva México Cabrones”. Eso es muy fácil y muy superficial. Se trata de acciones concretas.
Llamar al 800 849 4358 y si no contestan, llamar al (834) 315 1200 y pedir informes para ser canalizado al distrito que le corresponda para que no esté lejos de su casa. Todas esas acciones son en realidad un acto de resistencia frente al olvido irrevocable de las palabras, pues de activarse como SE o CAE, experimentará las implicaciones reales de tener una democracia. Muchos dicen que la nuestra es cara, pero más caro sería no tenerla.
Me viene a colación un relato para motivar a las personas que lean este escrito a que se sumen a participar, no solo a opinar criticando o a criticar opinando desde la comodidad de sus casas donde realmente no ocurre nada.
La Ilíada narra la historia de un héroe obsesionado por la fama y el honor. Aquiles puede elegir entre una vida sin brillo, larga y tranquila si se queda en su país, o una muerte gloriosa si se embarca hacia Troya. Y decide ir a la guerra, aunque las profecías le advierten que no regresará. Aquiles pertenece a la gran familia de las personas deslumbradas por un ideal, valientes, comprometidas, melancólicas, insatisfechas, empecinadas y propensas a tomarse muy en serio a sí mismas.
Querido y dilecto lector, nunca pensé que las narraciones de Homero servirían para motivar a las personas a trabajar por su democracia a cambio de un emolumento que no los hará ricos en dinero pero sí en valor cívico y experiencia. Una aleación de ideales quijotescos e inquietudes contemporáneas.
La única forma de darse cuenta lo que vale el IETAM y el INE es sumándose y participando; esa era la idea de Jesús Reyes Heroles en 1977 cuando instigó la reforma política en aquellos años, para que fuera un organismo autónomo eminentemente ciudadano.
La pelota está de nuestro lado. ¿Qué haremos con ella?
El tiempo hablará.