Huertos en casa: así de fácil

Aprender a cultivar sus propios alimentos y tener la seguridad de que lo que se llevan a la boca es natural, es la principal motivación que lleva a muchas personas a iniciar sus huertos urbanos en casa.

Tener un lugar como éstos en el hogar permite aprender, alimentarse de forma más sana, ayudar al ambiente y además, reconectarse con la naturaleza, señala Gonzalo Villarreal, fundador de Urban Farm, un espacio que ofrece productos orgánicos producidos en huertos.

«Aprender a cultivar tus propios alimentos, ver cómo de una semilla crece un fruto, una lechuga, una zanahoria que te puedes comer», dice sobre esta práctica que cada vez gana más seguidores.
«Saber que tu tierra está sana, que el agua que le estás metiendo es sana, el sabor cambia, tú te sientes mejor, tiene un montón de beneficios».

Iniciar un huerto en el hogar no es tan complicado como algunos piensan, ni requiere de mucho espacio. Éstas son algunas recomendaciones de expertos para lograrlo.

1. Escoge un espacio y empieza con una planta básica.

No importa el tamaño del lugar donde vivas, si es una casa o un departamento pequeño, pues cualquier lugar puede adaptarse, explica María Elena Núñez, directora del Huerto de los Leones.
«En pequeños espacios pueden tener su jardín con las cosas básicas, como puedes tener en macetas árboles frutales, todo lo de la canasta básica lo puedes tener en pequeños huacales o en macetas».
Si se cuenta con jardín, puede sembrarse directamente sobre la tierra o usando camas de madera. En caso de que el espacio sea una terraza o un lugar con concreto, se pueden usar macetas.
Para iniciar se sugiere escoger una planta básica en la alimentación de la familia y que de preferencia aporte valor nutricional, como lechuga de diferentes tipos, espinaca, acelga, tomate cherry, cebolla, kale, rábano, repollo, coliflor o chile.
La ventaja de estas hortalizas es que todas, a excepción de la acelga que se siembra en invierno, se cosechan todo el año y aguantan los climas extremos característicos de Monterrey.

2. Elige maceta, tierra y semillas.

Puede ser una maceta, una caja de madera, un bote y hasta una llanta. Lo importante es que tenga 40 centímetros de diámetro y al menos la misma distancia de profundidad, para que la raíz pueda desarrollarse, indica Villarreal.
Lo ideal para nutrir las plantas es hacer composta, pero en caso de no poder se puede conseguir junto con la tierra en los viveros. Esta última debe drenar el agua y mantener la humedad para que permita el desarrollo de la planta.
Las semillas se pueden obtener en cualquier tienda departamental. Lo recomendable es comenzar con las comerciales para experimentar y cuando se tenga práctica, intentar con semillas orgánicas.
«Cuando veas que ya dominas las otras semillas compra orgánicas, primero porque son más costosas y segundo porque no tienen tanta fertilidad como las industrializadas», comenta Villarreal.
Al plantarlas, lo más importante es que no se siembren a más de tres veces de su profundidad, si no al germinar se quedarán dentro de la tierra y morirán.

3. Dale los cuidados necesarios.
Un par de minutos al día bastan para regar la planta y mantenerla húmeda, pues como cualquier otro ser vivo, sin agua no sobreviviría.
«No es una regla, varía según cómo te dé el sol, cómo tengas el clima en tu casa. Fijarte todos los días que tenga humedad, es un ser vivo», recalca Villarreal.
De la misma manera, todas las hortalizas necesitan recibir luz del sol y aunque algunas pueden soportar estar en media sombra, es preferible estar bajo los rayos solares a no tenerlos.
Aproximadamente una vez al mes hay que colocar composta en el suelo de la tierra para alimentar a la planta con los nutrientes que necesita.
Uno de los problemas que hacen desanimar a la mayoría de quienes se inician con los huertos son las plagas. Al tratarse de algo natural e inevitable, explica Gonzalo, es mejor prevenir con repelentes naturales elaborados a base de olores fuertes.
Una forma de prepararlo es colocar en una licuadora ajo, cebolla o chile con agua y después filtrar. Otra posibilidad es hacer infusiones con plantas aromáticas como la albahaca y la ruda.
De forma continua hay que rociar la planta con un aroma diferente, para ahuyentar a los animales.

4. Tiempo de cosechar y compartir.
Cada noche, Alejandro Garza disfruta de caminar descalzo por la tierra de su huerto, que él decidió llamar «Tierra Pura».
En su jardín puede cosechar zanahoria, betabel, lechuga, tomate cherry, apio, cebolla, pera, sábila, ciruela, espinaca, acelga, papaya, chile, limón, plátano, nopal… y la lista continúa.
«No tiene nada que ver la verdura de un supermercado a la que se siembra», cuenta Alejandro, quien inició su huerto urbano hace dos años.
«Son completamente diferentes en sabor, en olor, en aroma, en frescura, porque tú lo arrancas literalmente y lo cocinas».
En estos meses ha aprendido a elegir la tierra, sembrar sus semillas, ver crecer sus plantas, combatir las plagas, cosechar sus frutos y no desanimarse cuando algo no sale bien.
Tener un huerto y cultivar tus propios alimentos también puede fomentar la convivencia entre la familia y la comunidad.
Si tienes poco espacio en casa, puedes invitar a vecinos y amigos a hacerlo también y así se pueden intercambiar los alimentos que cada quien coseche.

¿Por dónde empezar?
Éstas son algunas plantas con las que puedes comenzar a crear tu huerto.
– Lechuga de diferentes tipos
– Espinaca
– Acelga
– Tomate cherry
– Cebolla
– Kale
– Rábano
– Repollo
– Coliflor
– Chile