Ciudad de México.- Luego de que se diera a conocer el campo de exterminio y de entrenamiento en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, buscadoras y buscadores denuncian la existencia en años recientes de, al menos, 117 centros de tiro, reclutamiento, exterminio y entierros clandestinos en 12 estados.
Son lugares ubicados en Sonora, Nuevo León, Veracruz, Guanajuato, Guerrero, Chiapas, Jalisco, Colima, Michoacán, Baja California, Tamaulipas y Coahuila, en los que también se han sacado restos óseos.
Además, un estudio de la organización A dónde van los desaparecidos, realizado con fuentes abiertas y de la Comisión Nacional de Búsqueda, documenta el hallazgo de cinco mil 696 fosas clandestinas en 570 municipios del país, así un tercio del total, cifra que representa casi una por día desde 2007, cuando se intensificó la guerra contra la delincuencia organizada.
Buscadoras en Coahuila aseguran que unas 27 zonas de exterminio fueron detectadas en la región Laguna desde 2015.
El ejido Patrocinio, municipio de San Pedro de las Colonias, fue el primer punto donde los familiares de desaparecidos encontraron tres mil fragmentos de restos óseos calcinados, así como retazos de ropa y otros objetos.
Otras comunidades en esta zona donde se han localizados indicios biológicos son San Antonio de Gurza, Simón Bolívar, Flores Magón, San Francisco Aguanaval, el Venado, Santa Elena, San Antonio del Alto y Estación Claudio.
Por otra parte, los campos de exterminio en Veracruz comenzaron a ser visibles a partir de 2016 y se han contabilizado cinco, al menos, cuando las madres del Colectivo Solecito recibieron de un desconocido un croquis con el punto donde se encontraba Colinas de Santa Fe.
Fueron 339 cadáveres encontrados en ese sitio en el que las búsquedas concluyeron tres años después, en agosto de 2019, con la entrega de 40 cuerpos. Todavía hay 290 cadáveres que no tienen identidad.
En el rancho La Gallera, en el municipio de Tihuatlán, se hallaron hornos y más de cinco mil fragmentos óseos, de acuerdo con lo señalado por Marisel Torres, integrante del colectivo.
A raíz de la desaparición de cinco jóvenes originarios de Tierra Blanca, en 2015, se inició una búsqueda que arrojó otros dos puntos de exterminio en la barranca de La Aurora, a donde arrojaban cuerpos a una profundidad de más de 300 metros.
Otro punto que se descubrió fue el rancho El limón, en el municipio de Tlalixcoyan, en donde localizaron al menos tres mil restos y fragmentos óseos.
Otros sitios que no han terminado de ser explorados son Arbolillo y la Laguna, en Alvarado; La Guapota, en Úrsulo Galván, y siguen en búsqueda en la región de Río Blanco, donde han encontrado 25 víctimas, y Acultzingo, donde recientemente fueron localizados cinco cadáveres.
En Tamaulipas, de 2010 a 2025, los colectivos de búsqueda consideran que en las distintas regiones del estado se cuenta con unos 50 puntos, en los cuales la delincuencia organizada ejecutó y calcinó a sus víctimas.
Agencias