Gobiernos encubrieron escándalo de sangre contaminada que dejó cerca de 3 mil muertos

Un informe independiente ha puesto al descubierto un capítulo oscuro en la historia del Reino Unido: la contaminación de miles de productos sanguíneos con VIH y hepatitis C entre las décadas de 1970 y 1980. Se estima que más de 30 mil personas recibieron sangre o tratamientos derivados de la sangre infectados, lo que resultó en la muerte de alrededor de tres mil de ellas.

El informe, resultado de una investigación pública de siete años, acusa al gobierno y al Servicio Nacional de Salud (NHS) de encubrir el escándalo durante décadas. Las autoridades, según el informe, tenían conocimiento del riesgo de contaminación desde principios de la década de 1980, pero no tomaron las medidas necesarias para proteger a los pacientes.

Las víctimas del escándalo, muchas de ellas hemofílicas y personas con trastornos de la sangre, recibieron transfusiones y tratamientos contaminados con virus mortales. Como consecuencia, muchos desarrollaron enfermedades graves, incluyendo VIH y hepatitis C, que les provocaron la muerte o les dejaron con problemas de salud crónicos.

El informe critica duramente la respuesta del gobierno y el NHS, calificando de «inaceptable» e «indefendible». Señala que las autoridades priorizaron la reputación del sistema sanitario por encima de la salud de los pacientes, retrasando la toma de medidas para prevenir la contaminación y negaron información crucial a las víctimas.

Las familias de las víctimas han expresado su indignación y dolor por lo sucedido, exigiendo justicia y reparación. El informe recomienda una serie de medidas para compensar a las víctimas, incluyendo pagos por daños y perjuicios, apoyo psicológico y acceso a mejores servicios de salud, además se especula que la sangre fue tomada de prisioneras que habían recibido dinero a cambio de muestras de sangre.

El escándalo de la sangre contaminada ha conmocionado al Reino Unido, reavivando el debate sobre la seguridad de los productos sanitarios y la responsabilidad del gobierno en la protección de la salud pública. El informe final representa un paso importante para esclarecer la verdad y hacer justicia a las víctimas de este terrible episodio.

La contaminación de los productos sanguíneos se debió principalmente a la importación de plasma de países en desarrollo, donde los controles de calidad eran deficientes. Las autoridades no tomaron medidas para retirar los productos contaminados del mercado hasta 1985, a pesar de tener conocimiento del riesgo desde principios de la década de 1980.

Agencias