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Hackers rusos han robado datos de por los menos dos servidores tras los ataques a redes de decenas de gobiernos locales y estatales de Estados Unidos a menos de dos semanas de las elecciones presidenciales, alertaron el FBI y la agencia de seguridad cibernética del Departamento de Seguridad Nacional.
Ayer, el FBI advirtió que Rusia e Irán intentaban interferir en los comicios del 3 de noviembre, en los que Donald Trump busca la reelección ante Joe Biden, el candidato demócrata.
Sin embargo, el presidente ruso, Vladimir Putin, respondió a las acusaciones y afirmó: «no interferimos en ninguna parte», y acusó que todas las investigaciones estadunidenses «no condujeron a nada» ni pudieron probar la supuesta injerencia rusa.
La nueva advertencia describe una serie de actividades de grupos de hackers auspiciados por el gobierno ruso en los últimos días en contra de redes locales y estatales, algunos de los cuales tuvieron éxito.
El anuncio no menciona alguna víctima en específico de los ataques, pero los funcionarios señalan que no tienen evidencia de que alguna operación electoral o gubernamental haya resultado afectada o que la integridad de los datos electorales haya quedado en riesgo.
Los funcionarios atribuyen estas actividades a un grupo de hackers auspiciado por el gobierno conocido dentro de la comunidad de seguridad cibernética como DragonFly o Energetic Bear.
La agrupación aparentemente ha estado en operaciones al menos desde 2011 y se sabe que ha realizado ciberespionaje en compañías del sector energético y en operadores de la red eléctrica de Estados Unidos y Europa, así como en compañías de aviación y defensa.
Estados Unidos ha asegurado que Rusia, que interfirió en los comicios de 2016 al hackear cuentas de correo electrónico de algunos demócratas, nuevamente está interviniendo este año como parte de una labor coordinada para denigrar al rival del presidente Donald Trump, el demócrata Joe Biden.
Agencias
