Aunque la migración de mexicanos se encuentra todavía en niveles más altos que los registrados durante el Gobierno de Trump, la detención de estos y centroamericanas disminuyó un 43% comparada con la misma cifra de agosto de 2021. La caída responde a la presión de Washington sobre los gobiernos regionales para controlar y reducir el flujo desde los países expulsores, una tarea que ha caído en manos de la vicepresidenta, Kamala Harris. Un funcionario del Departamento de Seguridad Interior ha explicado este lunes que EU ha movilizado a 23.000 agentes a lo largo de las fronteras de México, Guatemala y Honduras, para desincentivar el paso de los migrantes al norte. El esfuerzo ha dado frutos, de acuerdo al portavoz, pues se ha frenado el avance de unos 57.000 migrantes.
Este no solo es el año más transitado. Es también el más mortal para quienes emprenden el viaje desde sus países, especialmente si estos se originan en el triángulo norte de Centroamérica. La Patrulla Fronteriza informó en agosto que en el actual año fiscal se había documentado la muerte de más de 200 migrantes solo en el distrito de Del Río, la zona caliente de la inmigración irregular y donde se ha registrado un agudo repunte en los ahogamientos gracias a la subida del río. El número es un salto enorme comparado a fallecimientos en otros años. Entre 1998 y 2020, el promedio de muertes en esa zona nunca rebasó los 50. Hace dos años, inclusive, el número de muertes totales en los más de tres mil kilómetros de frontera común fue de 247.
Agencias