En un mundo completamente atravesado por la rapidez y la accesibilidad a las pantallas y a lo digital, resulta cada vez más complicado fomentar la creatividad y el desarrollo de la imaginación especialmente en los niños.
En esta era digital, los avances tecnológicos han transformado el modo en que los niños juegan, proporcionando nuevas formas de entretenimiento, aprendizaje y socialización. Desde los videojuegos hasta los dispositivos móviles, la tecnología ha introducido una amplia gama de opciones de juego que desafían las percepciones tradicionales y que nada tienen que ver con el juego tal y como lo conocemos, los juegos para armar, de encastre, los rompecabezas, las manualidades y pinturas, entre otros.
Los videojuegos, en particular, han experimentado un crecimiento significativo y se han convertido en una parte integral de la infancia contemporánea. Con gráficos impresionantes, narrativas envolventes y mundos virtuales expansivos, ofrecen experiencias inmersivas que capturan la atención de los niños durante horas.
Y si bien muchos videojuegos están diseñados para fomentar habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la colaboración, lo que los convierte en herramientas educativas poderosas, no posibilitan la movilidad corporal y el vínculo directo con pares.
Los dispositivos móviles, como teléfonos inteligentes y tabletas, también han cambiado la forma en que los niños interactúan con el mundo del juego. Tienen acceso instantáneo a una amplia variedad de aplicaciones y juegos en línea, facilitando que puedan disfrutar de un sin fin de experiencias de juego en cualquier momento, pero también generando aburrimiento y comportamientos de ansiedad.
Sin embargo, está demostrado que el uso excesivo de dispositivos móviles puede plantear preocupaciones sobre el tiempo de pantalla y la falta de actividad física y un retraso en la socialización y el lenguaje, lo que ha llevado a un debate sobre los límites adecuados para su uso.
A pesar de los avances tecnológicos, los juguetes tradicionales siguen siendo una parte importante del juego infantil. Desde bloques de construcción hasta juegos de rompecabezas y de mesa, estos juguetes ofrecen oportunidades para la creatividad, la imaginación y la interacción social sin la dependencia de la tecnología. Además, los juguetes físicos pueden proporcionar experiencias sensoriales y táctiles que son fundamentales para el desarrollo infantil.
El impacto de la tecnología en la forma en que los niños juegan es complejo y multifacético. Si bien ofrece beneficios como el aprendizaje interactivo y la conectividad global, también plantea desafíos relacionados con la salud, la seguridad y el equilibrio entre el mundo digital y el mundo real.
Por lo tanto, es importante que los padres y cuidadores supervisen el uso de la tecnología y proporcionen a los niños una variedad de experiencias de juego que fomenten un desarrollo saludable y equilibrado.
La creatividad es una habilidad fundamental en el desarrollo infantil, y los juguetes desempeñan un papel importante en su estimulación. No solo los juguetes ocupan ese lugar, sino también el momento de juego, a través de la representación de situaciones de la vida cotidiana, que puede estar acompañado o no por diferentes juguetes.
Así como hay estudios que determinan que el exceso de pantallas en los niños puede traer complicaciones en el desarrollo de su socialización y salud, también los hay para mostrarnos que hay ciertos tipos de juguetes que fomentan la creatividad y colaboran en el crecimiento sano de las infancias.
Los bloques, maderas o juegos de construcción, permiten a los niños crear estructuras y formas únicas, fomentando la imaginación y la habilidad para resolver problemas.
Dentro de esta categoría también encontramos a los juguetes de construcción que poseen engranajes, poleas, ayudan a entender el funcionamiento del movimiento y la mecánica y los invita a armar sus propios dispositivos.
Las pinturas, crayones, papel, y otros materiales, permiten a los niños expresar sus sentimientos, y estados de ánimo a través del arte, y además le dan la posibilidad de experimentar con colores, formas y texturas y de desarrollar habilidades motoras y especialmente manuales.
Por su parte, los rompecabezas, desafían a los niños a pensar para encontrar soluciones y completar así la imagen, mejorando sus habilidades de pensamiento crítico y por sobre todo la paciencia, en contraposición a lo que generan las pantallas y el estar expuestos constantemente a estímulos.
La música estimula la expresión personal, y ofrecer instrumentos musicales a los niños, hace que experimenten y creen su propia música como así también reconozcan sus emociones y sentimientos.
También encontramos que se puede fomentar la creatividad con materiales que no son juguetes tradicionales o juegos de mesa que venden en cualquier juguetería, pero que sirven para fomentar la creatividad como pueden ser las cajas, botellas, tapas y que además promueven la reutilización y el reciclaje.
Finalmente, tenemos a los juegos de roles o disfraces, que como mencionamos anteriormente al ponerse en diferentes personajes y crear escenarios o situaciones diversas, los niños pueden empatizar, desarrollar habilidades sociales y también emocionales.
Elegir juguetes resulta cada vez más complicado, por la gran variedad que hay en el mercado y por qué los gustos y preferencias de los niños cambian constantemente, pero lo importante a considerar es elegir aquellos que les permitan experimentar, crear y moverse de manera libre, lo que ayudará fomentar su creatividad y el pensamiento crítico como herramienta para la vida adulta.
Hay ciertas características que los juguetes deben reunir para estimular la imaginación y el espíritu creativo de los más pequeños. En primera instancia deben ser juguetes versátiles, y esto qué significa, que se deben adaptar para permitir múltiples formas de juego y de expresión creativa.
Además, no deben tener una única forma o función específica, deben dejar espacio a la interpretación y la invención por parte de los niños para potenciar el talento. No deben ser estructurados, por el contrario, deben permitir que los niños los utilicen de diferentes maneras y no limitar su imaginación a un solo propósito.
Es importante que los juguetes sean seguros para su uso y estén construidos con materiales duraderos que puedan soportar el uso de los niños durante períodos prolongados.
Los juguetes deben alentar a los niños a probar nuevas ideas, experimentar y explorar diferentes enfoques y soluciones. Tienen que desafiar a los niños a resolver problemas, tomar decisiones y pensar de manera crítica mientras juegan.
Entre otras funciones deben ser inspiradores y motivarlos a diseñar, contar historias, inventar nuevos mundos y crear. Por lo general, los juguetes que fomentan la creatividad involucran a otros niños o adultos para interactuar, brindando momentos especiales para compartir con los otros y aprender a trabajar en equipo y de forma colaborativa.
Los juguetes son simples herramientas que deben acompañar a los niños durante la primera infancia, dándoles la posibilidad de incorporar nuevas formas, de relacionarse, la posibilidad de expresar sus pensamientos y emociones y asegurarles una experiencia de juego enriquecedora y estimulante.