“Lamentable” fue la palabra que utilizó el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Gerardo Mérida Sánchez, para referirse a la balacera ocurrida la tarde del 12 de diciembre en la colonia Laureles Pinos de Culiacán, en la que se registró la muerte de tres personas y cinco más resultaron lesionadas.
“Hubo una confrontación entre grupos delincuenciales, lo que llamamos un ‘topón’ y en el que tuvimos que lamentar varias muertes”, agregó el funcionario.
Las autoridades señalaron que el hombre asesinado durante esta confrontación era presunto miembro de una célula criminal. Su cuerpo fue localizado en el asiento del piloto de una camioneta y, presumiblemente, tenía una granada y un rifle de asalto en su poder. La unidad recibió decenas de disparos en el parabrisas.
Sin embargo, las dos mujeres que perdieron la vida en los mismos hechos eran ajenas al conflicto. Medios locales como Los Noticieristas refieren que María Antonia “N”, de 58 años de edad, murió a causa de los impactos de proyectil de arma de fuego que recibió en distintas partes del cuerpo, incluida la cabeza. Por otro lado, Rosa María “N” era propietaria de un puesto de tacos que atendía en el momento en el que se desató la lluvia de balas.
Agencias
