En San Antonio, Texas, en un operativo del (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) ICE, agentes presuntamente lanzaron gas lacrimógeno dentro de una vivienda, sin importar que en el interior había una bebé de un año y dos adolescentes. El objetivo era detener a un migrante.
Los hechos ocurrieron el pasado 26 de enero, cuando las autoridades buscaban a Juan Ramón Hernández Limón, quien ya había sido deportado dos veces. Su esposa asegura que los agentes nunca mostraron una orden judicial antes de lanzar el gas lacrimógeno a la casa.
Un video se muestra el momento en que un dispositivo es lanzado por la ventana, seguido de un fuerte estruendo y una nube de gas blanco. Testigos aseguran que ICE sabía que había una bebé y menores de edad dentro de la vivienda.
“Sabían que estaba la niña adentro, ¿por qué tiraron esas granadas? Pudieron lastimar sus oídos”, denunció Frank Castillo, un vecino de la familia.
Según la madre, la familia intentó salir de la casa, pero los agentes continuaron lanzando dispositivos. “Nosotros queríamos salir, pero aventaban cosas sin parar. Estaban mis hermanos, una niña de 12 años, un niño de 15”, relató.
ICE, en conjunto con HSI y la policía de San Antonio, justificó el operativo asegurando que Hernández Limón estaba evadiendo su arresto. Sin embargo, el uso de gas lacrimógeno dentro de una vivienda con menores ha generado indignación y preguntas sobre la legalidad del operativo.
Agencias
