Ciudadanos no consideran real la pandemia

Al cumplirse ayer dos meses de trabajo bajo el esquema 24/7, el personal médico del Hospital General “Dr. Afredo Pumarejo” lamenta que en las calles la sociedad esté haciendo a un lado muchas de las medidas de prevención que se les han recomendado, mientras la cifra mortal de víctimas atribuida a la pandemia aumenta a 23 y el registro de personas infectadas es de 225.
Además de tener que trabajar turnos de hasta 24 horas, sin poder ejercer vacaciones, permisos ni ausencias justificadas, los médicos, enfermeras, camilleros, personal de laboratorio e intendencia, ven con tristeza que muchas personas han retomado parte de sus actividades ordinarias, como si el riesgo ya hubiera pasado, afirma el coordinador de los servicios de urgencia, doctor Nicolás Leal Cisneros.

Al frente
Leal y su equipo están en la primera línea de servicio a personas que llegan lesionadas por accidente propio, de vialidad, agresión, así como aquellas de violencia, pero les ha tocado lidiar con algunos que llegan con indicios de Covid-19 y los canalizan al pabellón especial para este tipo de pacientes.
Otros casos son de pacientes que llegan de emergencia por alta o baja presión, glucosa muy alta, y se les tiene que dar asistencia urgente por estar en riesgo su vida.
“Son días muy difíciles para nosotros y para nuestras familias, trabajar con miedo, ver cómo somos discriminados y aún así dar lo mejor de cada uno”, afirma.

Estadística
Para este viernes el reporte de la Secretaría de Salud daba cuenta de 23 decesos, no obstante, dice el doctor Leal, la gente parece no preocuparle lo que sucede, sale a realizar sus compras, sus ejercicios o simplemente a conseguir sus antojos, sin al menos el cubrebocas.
Precisamente durante estos últimos tres días, personal de la Guardia Nacional coordina recorridos de los cuerpos de seguridad de los tres órdenes de gobierno.
Lo más difícil, explica, es que esta lucha va a continuar, algunos médicos ya han ofrendado su vida en el proceso, otros se han visto involucrados en controversias, de tal forma que no sólo están con temor a contraer el virus, sino que sus dictámenes sean cuestionados por una sociedad que no acepta la realidad como es, que no cree que la patología sea diagnosticada de manera profesional y en base a evidencia científica, se les ha llegado a calumniar y denigrar su ética.