Biden amarra 1.9 bdd y va por plan de infraestructura

Ahora que el Congreso aprobó el proyecto de ley de estímulo de 1.9 billones de dólares de Joe Biden, la administración y sus aliados demócratas se prepara para su siguiente gran prioridad legislativa: un paquete de infraestructura de varios billones de dólares.

Algunos demócratas esperan que un proyecto de ley de infraestructura de gran alcance logre obtener un apoyo bipartidista, a diferencia del paquete de estímulo, que fue aprobado por el Congreso sin un solo voto republicano.

Pero la administración puede batallar para elaborar una legislación diseñada para revisar puentes, carreteras y redes de banda ancha que atraiga a los republicanos al tiempo que cumple con las ambiciones de Biden sobre energía limpia y equidad racial.

En los últimos días, el presidente Biden se reunió con legisladores de ambos partidos, líderes sindicales y funcionarios gubernamentales para discutir los contornos de un paquete, y los demócratas del Congreso dicen que esperan que siga adelante tan pronto como se promulgue el estímulo.

“Quiere actuar lo más rápido posible”, dijo Peter DeFazio, presidente demócrata del comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara de Representantes, tras una reunión en la Casa Blanca la semana pasada. “Quiere que sea muy grande y siente que esta es la clave del paquete de recuperación”.

DeFazio insinuó que el Congreso puede aprobar el proyecto de ley de infraestructura a través de un proceso conocido como reconciliación, la misma maniobra que utilizó para conseguir la aprobación del estímulo en el Senado sin ningún apoyo republicano.

Por lo general, la legislación necesita el respaldo de al menos 60 senadores debido a las reglas “obstruccionistas”, pero la reconciliación permite a los demócratas aprobar proyectos de ley en el Senado, que está dividido 50-50, porque la vicepresidenta Kamala Harris tiene un voto de desempate.

Sin embargo, Joe Manchin, senador demócrata moderado que se opone a partes del estímulo, dijo que no apoyará un proyecto de ley de infraestructura que no tenga algún respaldo republicano.

“No voy a proseguir con un proyecto de ley que los excluya por completo antes de que empecemos a intentarlo”, dijo Manchin en una entrevista reciente con Axios.

Manchin dijo que está dispuesto a respaldar un paquete por un valor de hasta 4 billones de dólares siempre y cuando se pague con aumentos de impuestos. Él cree que un proyecto de ley de este tipo puede asegurar el apoyo de hasta 10 senadores republicanos junto con toda la bancada demócrata, lo que permitiría su aprobación bajo las reglas normales del Senado.

Un proyecto de ley de infraestructura de gran alcance incluirá miles de millones de dólares para actualizar carreteras, puentes, tuberías de agua y alcantarillado, así como ampliar las redes de banda ancha en las áreas rurales.

La semana pasada, la American Civil Society of Engineers Sociedad Civil afirmó que Estados Unidos necesita gastar 2.8 billones de dólares durante la próxima década para actualizar sus carreteras y líneas ferroviarias.

Si bien algunos proyectos pueden tener respaldo republicano, el deseo de Biden de utilizar también el proyecto de ley para ayudar a cumplir el objetivo de la administración de eliminar las emisiones de carbono del sector eléctrico para 2035 —en parte al aumentar la cantidad de estaciones de recarga de coches eléctricos— resultará más difícil de vender.

El gasto en infraestructura —y los trabajos que se crean con los proyectos de alto valor— goza de un amplio apoyo público; algunos republicanos indicaron que pueden apoyar un proyecto de ley limitado en carreteras y banda ancha.

Pero atenuaron ese apoyo al expresar su preocupación sobre cómo se pagará un paquete. Durante la campaña electoral, Biden sugirió que podía financiarse con aumento de impuestos a las corporaciones y las personas ricas, pero algunos en su órbita argumentan que elevar el gasto deficitario permitirá que la administración se mueva más rápido.

Bill Galston, investigador senior del Brookings Institution que se desempeñó como asesor de política interna del presidente Bill Clinton, dijo que la administración Biden debe considerar dividir el paquete de infraestructura en una serie de proyectos de ley más pequeños, incluido uno que se centre solo en el acceso universal de banda ancha con apoyo bipartidista.

Agregó que la experiencia de impulsar el gran paquete de estímulo de 1.9 billones de dólares sin el apoyo de los republicanos puede darle a algunos demócratas la confianza para usar el mismo manual de tácticas para la infraestructura.

Los demócratas progresistas no están de acuerdo y argumentan que la administración de Biden sería ingenua si reduce el alcance de sus ambiciones de infraestructura, en especial en lo que respecta al clima y la equidad racial.

Kevin DeGood, director de política de infraestructura del grupo liberal Center for American Progress, dijo que los demócratas aprendieron dos lecciones importantes de la presidencia de Barack Obama. La primera fue que el paquete de estímulo de 2009 fue muy pequeño, lo que fue el catalizador para su decisión de aprobar un gran proyecto de ley de 1.9 billones de dólares esta vez. La segunda fue que no pueden darse el lujo de esperar mientras tratan de encontrar los escurridizos votos republicanos en el Senado.

Agencias