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Stephen Nicholas Broderick, el presunto autor del tiroteo que dejó tres personas muertas este domingo en un edificio de apartamentos en Austin, Texas, fue detenido por las autoridades.
El sospechoso fue arrestado hacia las 7.30 am de este lunes en una carretera rural en Manor, un suburbio de Austis, según indicó Ryan Phipps, de la policía de la ciudad.
La Policía de Austin, que describió el incidente como “doméstico” y “aislado”, dijo que dos de las víctimas eran mujeres hispanas y uno más era un hombre afroamericano. Además de los tres fallecidos, hubo un menor de edad envuelto en este incidente, pero que se encuentra a salvo y a cargo de la Policía.
El sospechoso, de 41 años, se dio a la fuga poco después del ataque y se organizó un operativo que involucró al FBI, al cuerpo de Alguaciles de Estados Unidos y la policía de Round Rock para lograr su captura. Es un exdetective de las fuerzas del orden que fue acusado en junio de 2020 de agresión sexual a un niño.
Las autoridades aún investigan el motivo del tiroteo.
El de Austin es el segundo tiroteo mortal de las últimas horas, después de que la pasada madrugada al menos tres personas perdieron la vida y otras dos resultaron heridas por disparos en un bar de Kenosha, en el estado de Wisconsin.
Estos ataques ocurren después de que el jueves ocho personas fallecieran y cinco resultaran heridas cuando un hombre armado abrió fuego de manera indiscriminada en un almacén de la empresa de servicios postales FedEx en Indianapolis, Indiana).
Este y los tiroteos de las últimas semanas en EEUU han reabierto el debate sobre un mayor control de armas en el país.
El viernes el presidente Joe Biden exigió al Senado que refuerce el control de las armas de fuego y que deje de «aceptar» un tipo de violencia que «se ha convertido en algo demasiado normal» y causa 106 víctimas mortales al día en este país.
«La violencia armada es una epidemia en Estados Unidos, pero no debemos aceptarla, debemos actuar», exhortó.
Agencias
