Comunidades indígenas mexicanas tomaron la iniciativa para auxiliar y alimentar a migrantes que quedaron varados lejos de la frontera en el sur de México, donde la incertidumbre se agrava a días de que Donald Trump asuma la presidencia en Estados Unidos el lunes 20 de enero.
En Oaxaca, activistas crearon un comedor comunitario para dar alimento gratuito a los migrantes, en su mayoría de América Central y del Sur, que llegan para descansar, reunir dinero y reanudar su camino hacia Ciudad de México y, después, a Estados Unidos.
Su lema es Nkaáymyujkeme, una voz escrita en lengua mixe de la Sierra Norte de Oaxaca que significa ‘Comamos todos’, y que surgió durante los primeros días de 2025, principalmente para las infancias migrantes, al estimar que viene un “año difícil” en Estados Unidos ante las políticas restrictivas para la movilidad.
Oaxaca es origen de migrantes y para ayudar solo motiva la empatía de padecer en carne propia el hambre cuando se abandona la tierra en busca de una mejor vida, expresa su fundador, Filadelfo Aldaz Desiderio.
Agencias