Maduro pide la renuncia a sus ministros tras derrota electoral

9/12/2015 – Caracas- El presidente venezolano Nicolás Maduro pidió la renuncia a su gabinete tras la contundente victoria de la oposición, que logró la poderosa mayoría calificada de dos tercios en la Asamblea Nacional.

«Le he pedido al Consejo de Ministros que pongan su cargo a la orden para hacer un proceso de reestructuración, renovación y reimpulso profundo de todo el Gobierno nacional», dijo el mandatario en su programa televisivo.

Según el último boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE), la oposición, agrupada en la coalición Mesa de la Unidad Democráctica (MUD), obtuvo 112 escaños contra 55 del derrotado Partido Socialista Unido (PSUV), que le dan control total del Parlamento de 167 diputados. Ante los resultados, el mandatario anunció una «nueva etapa de la revolución», que será de «profunda rectificación, ¡de sacudimiento, carajo!», aseguró.

No a la amnistía

Maduro dijo también que no apoyará «ninguna» ley de amnistía que le proponga el nuevo Parlamento de mayoría opositora para liberar a políticos presos al señalar que los que están encarcelados hicieron un plan para derrocarlo y en ese marco asesinaron «a un pueblo».

«Lo digo como jefe de Estado, no aceptaré ninguna ley de amnistía porque se violaron los derechos humanos y así lo digo y así me planto, me podrán enviar mil leyes pero los asesinos de un pueblo tienen que ser juzgados y lo tienen que pagar, así lo digo», señaló el presidente durante su programa de radio y televisión «En contacto con Maduro».

Con esta declaración, el jefe de Estado salió al paso al anuncio de la oposición venezolana de que entre las primeras acciones del nuevo Parlamento que se instalará el próximo 5 de enero, de contundente mayoría opositora, está pedir una ley de amnistía para los que consideran «presos políticos».

El gobernante recordó que en febrero de 2014 se inició una ola de protestas antigubernamentales que en muchos casos se realizó con barricadas llamadas «guarimbas», en las que se impedía el paso de vehículos y personas.

«Duró casi seis meses, una operación nacional e internacional apoyada por el Gobierno de los Estados Unidos, y por toda la mediática mundial (…) resultado, 43 muertos, 900 heridos, la mayoría de ellos, buena parte de ellos, asesinados por francotiradores», dijo.

El presidente señaló que los cometidos en el marco de la «guarimba» califican como «graves delitos de lesa humanidad» y son «imprescriptibles de acuerdo a la Constitución», por lo que no apoyará leyes de amnistía para los encarcelados por estas protestas.

De acuerdo con la oposición venezolana aún permanecen privadas de libertad más de 50 personas por los hechos ocurridos en 2014, incluido el dirigente opositor Leopoldo López, apresado desde febrero de ese año y sentenciado en septiembre pasado a casi 14 años de cárcel.

López fue condenado por instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad e incendio por los hechos violentos que se produjeron al término de una marcha a la que convocó el 12 de febrero de 2014, en una jornada que se saldó con tres muertos.

La Fiscalía informó luego que por las dos primeras muertes que se registraron fueron imputados al menos cinco funcionarios de los Servicios de Inteligencia Venezolanos.

Ese día se inició en Venezuela, en el marco de una estrategia que López llamó «La Salida», una oleada de protestas antigubernamentales con barricadas callejeras que estuvieron activas a lo largo del primer semestre del año pasado.

El balance oficial de los cuatro meses de protestas fue de 43 muertos, entre activistas afines y detractores al Gobierno de Maduro, agentes de organismos de seguridad y transeúntes, la mayoría tiroteados. Por estas muertes también se encuentran presos efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado.

«Irá al combate» ante referéndum revocatorio

Maduro dijo también que si la mayoría opositora del Parlamento electo el pasado domingo decide convocar a un referendo revocatorio para darle fin a su mandato, él irá «al combate» y el pueblo decidirá.

«Aquí está la Constitución, si ellos toman el camino del revocatorio, vamos al combate y el pueblo decidirá, y nosotros iremos con la verdad ya consumada de la amenaza de la derecha, iremos a construir una nueva y poderosa mayoría, yo me iré por las calles de Venezuela», dijo el presidente. La Constitución venezolana prevé la figura del referendo revocatorio que sería aplicable a Maduro tras cumplir la mitad de su mandato en 2016.

Esta figura se aplicó en 2004 al fallecido presidente Hugo Chavéz (1999-2013), que en vez de ser revocado resultó «ratificado» pues ganó la opción de que no abandonara el Gobierno.

El gobernante hizo el comentario durante su programa de radio y televisión «En contacto con Maduro» en el que también dijo que tenía «información de primera mano» de que la bancada opositora quiere «destruir los convenios de cooperación con Petrocaribe, con China, con Rusia y con el resto de América Latina». El presidente dijo que no permitirá que se destruyan estos convenios y aseguró que defenderá todos estos mecanismos.

«Si Petrocaribe fuera destruido por decisiones de la mayoría fascista que ha tomado la Asamblea Nacional venezolana (…) vendría la crisis humanitaria más grande que se haya conocido en nuestra región, no lo voy a permitir, lo vamos a impedir y tenemos cómo y lo haremos», dijo.

«Ganaron los malos»

Maduro afirmó que en las elecciones legislativas del pasado domingo «ganaron los malos» y apuntó que la oposición, que ahora es mayoría en el Parlamento, ya ha sacado su «odio» y ha anunciado, supuestamente, que derogará las leyes «del poder popular».

«Se impusieron los malos, ganaron los malos, ganaron como ganan los malos, con la mentira con el engaño, con la oferta engañosa, con la estafa», dijo el presidente durante su programa de radio y televisión «En contacto con Maduro».

El mandatario reiteró que la derrota que sufrió el chavismo el pasado domingo, cuando la oposición logró 112 diputados contra 55 del oficialismo, es un «revés electoral» y que su Gobierno sigue de pie pues contó con el apoyo de los 43 % de los votos que se emitieron en las legislativas.

«En Venezuela no ganó una oposición democrática, ganó una contrarrevolución, utilizando la Constitución, y lo primero que hicieron es sacar su odio, su odio desmedido», dijo Maduro al señalar al diputado electo opositor Henry Ramos Allup de sacar «su desprecio» y «racismo social».

El gobernante señaló a Ramos Allup de amenazar a los trabajadores de los medios de comunicación de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) después de que este dijera hoy que estos medios sufrirán cambios y los directivos serán removidos.

«Si hubo un cambio, pero todo anuncia que el cambio fue para peor, fue para mal, ya anunciaron que van a derogar las leyes del poder popular (…) ya anunciando todo su plan desmedido contra la unión de América Latina y El Caribe, pero particularmente contra los trabajadores de la ANTV (canal del Parlamento)», dijo.

El gobernante exhibió los vídeos con las declaraciones de Ramos Allup aunque no especificó en qué momento la oposición hizo supuestos anuncios sobre la derogación de leyes o contra la unión de los países de la región.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció hoy los últimos resultados de las legislativas del domingo con los que se confirma que la oposición obtuvo 112 diputados, lo que significa una mayoría «calificada» de dos tercios que le permiten tomar las más altas decisiones que puede tener el Poder Legislativo.

«Reconciliación nacional»: MUD

Por su parte, el secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, afirmó que la prioridad de la oposición será «la reconciliación nacional y atender la agenda económica, la urgencia económica y social del país».

En rueda de prensa, Torrealba anunció que el jueves se reunirán todos los diputados opositores electos para definir esa agenda que impulsarán en el parlamento que se instalará el 5 de enero, la cual, aseguró, no tiene como objetivo la «vendetta política».

Torrealba se refirió a las enormes facultades que otorga la mayoría calificada de dos tercios a la MUD, como convocar un referendo revocatorio, impulsar una Asamblea Constituyente, remover a magistrados y rectores electorales, y hasta propiciar la salida anticipada del presidente Nicolás Maduro.

Nunca antes la oposición tuvo tanto poder. La Asamblea Nacional, al igual que todos los poderes del Estado, estuvo dominada por el oficialismo de izquierda desde que en 1999 llegó al poder Hugo Chávez, fallecido en 2013 de cáncer.

«La oposición debe interpretar bien», advirtió el analista Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis. La gente no votó a la oposición «para sacar a Maduro, sino para resolverle que no hay huevos, que no hay azúcar, porque la crisis económica es brutal». «El gobierno, para recuperarse, debe buscar dónde está el error, y eso es lo que hasta ahora no ha hecho», opinó León.

Cambio o rectificación

Digiriendo la peor derrota del chavismo en su historia, Maduro, cuyo mandato culmina en 2019, convocó al gobernante partido socialista a una jornada de consultas el jueves para hacer «críticas y autocríticas constructivas» que definan acciones de rectificación del modelo socialista.

Maduro precisó que el proceso interno de consultas deberá definir estrategias en materia económica y política, como medidas contra «el burocratismo» y la «corrupción», así como sobre la Asamblea que, dijo, está ahora en manos de la «contrarrevolución».

Corrientes del chavismo pero disidentes del PSUV, como el movimiento Marea Socialista, han asegurado que en el partido de gobierno se ha suprimido la discusión y solo se acata a las cúpulas.

«Maduro debe dar luces claras de su voluntad de rectificación y lo primero que tiene que hacer es cambiar todo el gabinete de ministros, mostrar una voluntad de renovación», aseguró el analista Nícmer Evans, de Marea Socialista, fuerte crítico de Maduro.

El gobierno ha atribuido el «revés coyuntural» a una «guerra económica» de empresarios de derecha, admitiendo el descontento popular por el alto costo de vida y la aguda escasez de alimentos que provoca largas filas en los supermercados. León advirtió, no obstante, que el 70% de la población no cree el «cuento chino» de la «guerra económica». «Maduro perdió una guerra que inventó», manifestó.

La crisis necesita medidas urgentes, pero analistas dudan de que Maduro tenga el capital político para tomarlas, pues algunas son impopulares como aumentar la gasolina -en Venezuela es casi regalada-, eliminar los subsidios de alimentos y unificar el tipo de cambio.

«Yo creo que él tenía claro que en Venezuela hay que hacer modificaciones importantes en la política económica, pero fue bloqueado por el miedo al costo político, con una popularidad muy deteriorada, y porque tiene radicales en el chavismo a los que no les gustan las medidas de ajuste», apuntó León.

Para Evans, se debe acabar con la economía rentista del petróleo y diversificar la producción. Angel García, de Econométrica, advirtió que la Asamblea debe aprobar una reforma económica que incluya medidas de orden monetario y fiscal.

Venezuela, que tiene un estricto control cambiario con tres tipos de cambio, que ha generado un mercado negro de divisas, tendrá en 2016 -según los analistas- una situación más difícil que la de 2015, que cerrará con una inflación de 205%, una contracción de al menos 6% y un déficit fiscal del 20%.

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