LOS HECHOS

José Inés Figueroa Vitela

18/06/2018

Prometer, sí empobrece

Aunque no estaría mal terminar con la vieja práctica de pretender partir de cero cada sexenio y trienio, perdiendo la secuencia del desarrollo y hasta dejando obras inconclusas o sin uso, solo porque las inició “el anterior”, no dejan de aparecer escasos de ideas y esfuerzo los candidatos que andan ofreciendo hacer acciones ya proyectadas.
En peor condición se ven, quienes presentan descabelladas ideas sobre temas de los que ya existen experiencias y hasta proyectos específicos, de alta factura en su tiempo, pero no se concretaron por cuestiones coyunturales o circunstancias específicas.
En variadas plazas he escuchado, por ejemplo, a algunos candidatos llenarse la boca para hablar de “la movilidad urbana”, exhibiendo un absoluto desconocimiento de antecedentes.
Ciertamente el sistema de transporte urbano es uno de los grandes problemas, enfrentado por las ciudades tamaulipecas, desde hace mucho tiempo, la mayoría de los esfuerzos que en ese destino se han enderezado, se han desvanecido, entre resistencias e intereses particulares.
Existen una serie de estudios y proyectos que en su tiempo de titular estatal del transporte inició RAMIRO RAMOS SALINAS y luego continuó, hasta algunas concreciones, desde ahí mismo, ARMANDO NUÑEZ MONTELONGO.
Proyectos ejecutivos a los que entonces invirtió 50 millones de pesos la federación a través del Fondo Nacional de Infraestructura y otros 30 el gobierno del estado, para identificar las necesidades que modernizarán y eficientarán el transporte en los municipios conurbados del sur.
Se determinó que debían retirarse 2 mil 500 carros de ruta -“sebosos”- y demás unidades operando, para meter 27 autobuses articulados y 30 de caja baja en una ruta central, sobre la avenida Hidalgo y la Monterrey, además de 150 unidades cubriendo rutas alimentadoras.
Los financiamientos para los mil 750 millones de pesos que costaba la operación, con avales y aportaciones a fondo perdido del gobierno estaban dispuestos, pero los transportistas no pudieron ponerse de acuerdo sobre la sociedad que harían entre varios para operar una concesión.
Para Victoria capital, también se hicieron proyectos y a inicios del sexenio pasado se asignó un fondo de cien millones de pesos que aportaría el Estado, para la compra de los 60 autobuses, que operarían la ruta estratégica.
Saldría del parque industrial -salida a Soto la Marina-, hasta el Centro Universitario de la UAT, el mercado, la central de autobuses y las salidas a Monterrey y Matamoros, igual, con rutas alimentadoras.
Los 100 millones del presupuesto para abonar a la compra de los autobuses los perdieron los transportistas, porque en el complemento que significaba “ceder” varias concesiones para dejar una, unos reclamaban que las suyas “valían más”, remitidos al “mercado negro” y queriendo más tajada del fondo público, se quedaron en nada.
De esos, al paso de la historia se han hecho muchos estudios que de suyo, cuestan, y mucho, pero que no llegan a concretarse en acciones por cuestiones particulares y a los que luego no se da seguimiento, “porque los hicieron otros que luego van a colgarse la medalla”.
Hoy, la oportunidad de la continuidad está, además, en el derecho a la reelección, para los alcaldes que efectivamente estuvieron a la altura e hicieron bien las cosas, que por supuesto, no son todos y en riesgo ni siquiera la mayoría.
En Reynosa, la alcaldesa con licencia y en campaña para la reelección, MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ, no ha podido salir del círculo de las querellas en que ha transitado desde el inicio de su gestión.