La sequía, el aliado de los incendios en Australia

Desde octubre, el sureste de Australia se encuentra asolada por los incendios forestales que afectan al país y que han dejado más de 5.36 millones de hectáreas calcinadas así como mil 400 casas destruidas.

La cifra oficial de muertos actualmente es de 17 y ciudades como Canberra, la capital, se han convertido en las más contaminadas del mundo al tener que hacer frente a los altos niveles de humo que los incendios han provocado.

Las condiciones de sequía tan severas registradas en los últimos meses en el país, debido principalmente al invierno caluroso y las escasas lluvias, propiciaron que el fuego se expandiera con mayor rapidez.

El subdirector del servicio de bomberos de Nueva Gales del Sur, Rob Rogers, advirtió que los bomberos no son capaces de apagar ni controlar los incendios activos.

«Hay tantos incendios en esta zona que no podemos contenerlos», declaró a ABC. «Tenemos que asegurarnos de que no quede nadie en su camino».
John Steele, de 73 años, vive cerca de Merimbula, en la costa sur. Cuenta que algunas personas fueron «presas del pánico» debido a los llamados a salir de sus hogares. «Hay tantas informaciones falsas en Facebook y en internet», comenta.

Steele por el momento sigue en el lugar con su esposa. La situación en la región es «caótica» desde hace unos días y los productos frescos y la gasolina están casi agotados, describe.

«Nos alegra ver que todos se van de la ciudad», dice. Él ha optado por ser «prudente» y ya ha hecho las maletas.

Las autoridades no pudieron contactar a todas las personas que viven en las regiones rurales más aisladas. Más de 400 casas han sido destruidas en los últimos días, un número que se espera que aumente a medida que los bomberos lleguen a las aldeas más remotas.

Se han desplegado barcos y aviones militares, además de personal de emergencia, para hacer llegar ayuda humanitaria y evaluar los daños en las zonas más aisladas.

Un barco de la marina llegó el jueves por la mañana a la ciudad costera de Mallacoota, donde muchas personas se refugiaron durante horas en la playa para escapar de las llamas que alcanzaron a la localidad. Empezará a evacuarlas, dijo un portavoz de las fuerzas de defensa.

«Hoy, las cosas deberían comenzar a moverse para los turistas de Mallacoota y para los habitantes que no se quieren quedar allí», afirmó. «Debido a la cantidad de personas (…) llevará días o semanas».
La crisis sin precedentes ha provocado manifestaciones que piden al gobierno medidas inmediatas contra el calentamiento global que, según los científicos, es responsable de que los incendios duren más y sean más feroces que nunca.

Muchas de las críticas van dirigidas contra el primer ministro Scott Morrison, quien ha reiterado su apoyo a la lucrativa pero altamente contaminante industria del carbón australiana.

Morrison brindó su primera conferencia de prensa desde que los incendios ganaron en intensidad, y aseguró que las autoridades despliegan «absolutamente todos los esfuerzos» para ayudar a la población.

El primer ministro pidió a sus conciudadanos que «confíen en todos aquellos que luchan contra los incendios, y defendió la política nen materia de cambio climático de su gobierno.

Agencias