Elabora la Cruz Roja mapa de los ‘oasis’ de migrantes

15/04/2017 – México.- En los últimos 20 años, con el crecimiento del flujo de inmigrantes hacia Estados Unidos, se han establecido 88 albergues y comedores formales en la ruta de México, atendidos 80 por ciento por representantes de la Iglesia católica, 10 por ciento por evangelistas y el resto por organizaciones altruistas.

En un esfuerzo por registrar a los llamados oasis para los migrantes, el Comité Internacional de la Cruz Roja elaboró un mapa de los sitios y de las oficinas de los organismos internacionales y de derechos humanos que los atienden en su travesía. Para su identificación, dividió al país en tres regiones: Norte (Coahuila, Sonora, Chihuahua, Baja California, Nuevo León y Tamaulipas), que concentra el mayor número de albergues y comedores (35).

Chiapas, Tabasco y Veracruz, integrados en la Región Sur, que tiene 23 albergues, además de oficinas de organismos internacionales, como la del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y redes de organizaciones de migrantes.

La Región Centro, la que menos albergues tiene (15), está conforman por Tlaxcala, Ciudad de México, Jalisco, Hidalgo, Guanajuato y San Luis Potosí, y tiene cinco oficinas de organizaciones promigrantes.

EL CRIMEN ORGANIZADO

El camino recorrido por los defensores de derechos de los migrantes en dos décadas no ha sido fácil, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reporta en su libro Migrantes que los albergues “han sido asediados, no solo por la autoridad municipal, estatal y federal, sino por el crimen organizado, la delincuencia común y los traficantes de personas”.

Algunas de las organizaciones han sido hostigadas, por lo que solicitaron a organismos internacionales y nacionales medidas cautelares para sus representantes, “por estar en riesgo su vida”.

La 72. Refugio para migrantes de Tenosique, Tabasco; Albergue Hermanos en el Camino de Ixtepec, Oaxaca, y Casa del Migrante Frontera con Justicia de Saltillo, Coahuila, son algunas de ellas. Además, ante las amenazas que reciben algunos voluntarios, han abandonado sus labores.

Para los migrantes, en su mayoría centroamericanos, los albergues representan un lugar de protección y seguridad momentánea, en donde se les ofrece alimentos, ropa; pueden hacer llamadas telefónicas a sus familias y donde pueden descansar dos o tres días. En esos centros se registra a todas las personas en situación de tránsito, base de datos que ha sido útil para conocer la ruta de los migrantes que, en ocasiones, son buscado por sus familiares.

LAS DIFICULTADES

La operación de los albergues se enfrenta a diversos obstáculos. La religiosa Leticia Gutiérrez, de Scalabrinianas Misión para Migrantes y Refugiados, detalló la problemática que enfrentan: en primera instancia, la necesidad de regularizar una casa como albergue, pues llega de inmediato Protección Civil y exige medidas de seguridad y, en ocasiones, no se pueden tener de inmediato, porque no se tienen los recursos suficientes, además no se cuenta con el personal ni con los recursos para dar un acompañamiento integral. Por eso, algunos albergues solo ofrecen ayuda humanitaria: alimentación y servicios médicos inmediatos.

También “existe una mala interpretación o mala aceptación por parte de la sociedad civil en donde se establecen las casas. Se llega a escuchar, de los vecinos, que son migrantes que vienen a traer males, que son responsables de la violencia y de los robos”, entre otras cosas, señaló Gutiérrez.

Para la CNDH los casos de desacreditación de los albergues son provocados por grupos de la delincuencia organizada, que “ven con recelo a esas organizaciones que protegen y cuidan la integridad de los migrantes, por eso no es raro que pretenden infiltrarse”, ya que se han convertido en obstáculos para las prácticas abusivas y violatorias de los derechos humanos.

Agencias