Directores escolares deben supeditarse a presupuesto

El nuevo sistema de administración escolar que dependerá única y exclusivamente del Estado -ya no será patrocinado por padres de familia-, será supervisado estrictamente por la Secretaría de Educación, de forma tal que literalmente se acabó «el negocio» a los directores, pues deberán rendir cuentas por cada peso que reciben y gastan, para poder recibir otra remesa.

Fin de abusos
Ahora se prohíbe utilizar cualquier medio de presión para que los padres se hagan cargo de los gastos de la escuela, como pedirles aportaciones “voluntarias” para gastos de oficina, como material didáctico, juegos lúdicos, papelería de oficina, como tampoco para el mantenimiento de los inmuebles.
Precisamente esta semana que recién termina, se entregaron fondos a 16 escuelas de la zona rural de Matamoros y Valle Hermoso, que sustituyen los famosos cobros de inscripción, hoy prohibidos.
La profesora María del Carmen Franco López, directora del Centro de Asistencia Técnica para la Escuela Tamaulipeca, informa que a los directivos de cada escuela se les entregaron las tarjetas bancarias donde se les van a depositar los recursos.

Depósitos
Algunas escuelas, dependiendo del número de sus alumnos, recibieron entre 45 mil y 110 mil pesos, que serán como un fondo revolvente para cubrir las necesidades, pues conforme demuestren su aplicación en las áreas previstas, se les aplicarán nuevas partidas presupuestales.
Ahora el CATET supervisa el destino de los recursos, los directores tendrán que justificar su gasto para recuperarlo, y solo se van a considerar rubros relacionados con el mantenimiento escolar, los materiales de oficina y los relacionados con la enseñanza.

A criterio
Anteriormente los directivos no rendían cuenta de cómo invertían lo de las inscripciones, se decía que el recurso simplemente lo guardaban en una cuenta a nombre del director y seguían las carencias.
Si faltaba alguna obra de restauración por ejemplo, simplemente le pedían a los padres otra cooperación, u organizaban una rifa donde los alumnos tenían que vender “números” por 300 a 500 pesos, y si no los acomodaban, los papás simplemente los tenían que pagar.
A los que debían se les negaban los documentos que acreditaban el paso de grado escolar, las boletas de calificaciones y la entrega de la papelería personal.

Con rigor
Hoy el cobro de las inscripciones y los tradicionales medios de presión de los maestros están prohibidas, del mismo modo la exigencia de cuotas extraordinarias, con las que directivos podrían hacer negocio, ahora deben limitarse con los recursos que les envía el gobierno, y comprobar su aplicación correcta.
Las instituciones que recibieron presupuesto se ubican en las zonas escolares 65 y 199, son de Educación Especial y Primaria, la mayoría consideradas en condición vulnerable, por lo cual se les ha dado prioridad con este programa.