DE POLITICA Y COSAS PEORES

Armando Fuentes

18/06/2017

CIUDAD DE MÉXICO 17-Jun .- James, el chofer de lady Loosebloomers, se hallaba en el hospital, y su patrona fue a visitarlo. Le preguntó la recepcionista: «¿Es usted la esposa del paciente?». «¡Claro que no! -se ofendió lady Loosebloomers-. ¡Soy su amante!». Un individuo acudió a la consulta del doctor Duerf y le dijo: «Creo que tengo dos personalidades». «Escucharé su caso -respondió el célebre analista-. Pero que no hablen las dos al mismo tiempo». Don Algón estaba muy a gusto viendo en la tele el partido de futbol y disfrutando una cerveza helada. Su mujer soñaba con tener un abrigo de visón, de modo que se le sentó en el regazo y lo llenó de besos y caricias. «Déjame ver en paz el juego -le pidió con molestia don Algón-. De esto ya tengo mucho en la oficina». Babalucas notó con preocupación que se le estaba cayendo el pelo. Fue con el peluquero del lugar -decía su anuncio: «Alfa Jeme. Artista Tonsorial»-, y le pidió algo que sirviera para detener la caída del cabello. «Tengo este maravilloso tónico -le ofreció el fígaro alargándole una botella-. Puede hacer que le salga pelo hasta a una bola de billar». «Es para mí -precisó Babalucas-, no para Villar». Don Usurino agonizaba en su lecho de enfermo. Lo acompañaban su esposa y su hijo. Con voz débil habló el lacerado: «De nada de lo que voy a decir hay constancia por escrito, pero los compromisos existen. Mi hermano Rodoberto me debe 100 mil pesos». La señora le pidió al muchacho: «¡Anota, hijo; anota!». «Mi primo Leovigildo -siguió diciendo el hombre- me debe 200 mil pesos». «¡Anota! ¡Anota!» -repitió la esposa-. Continuó don Usurino: «Mi sobrino Acisclo me debe 300 mil pesos». «¡Anota, hijo; anota!» volvió a decir la señora ansiosamente. «Y yo -dijo el agonizante- le debo un millón de pesos a mi tío Pecunio». «Eso no lo anotes, hijo -suspiró la esposa-. Tu pobre padre ha empezado a delirar». La guapa mujer entabló conversación con un cliente en el lobby bar del hotel. Le contó: «A los 20 años tenía yo un extraordinario talento musical y un hermoso cuerpo. Se me presentó entonces un dilema: podía llegar a ser una famosa chelista o podía ganar mucho dinero valiéndome de mis encantos». «¡Qué difícil opción! -se interesó el tipo-. Y ¿qué escogiste?». «¿Tú qué crees? -respondió la mujer-. ¿Acaso me ves cargando un tololoche?». Don Cornulio llegó a su casa cuando no se le esperaba y entró en la alcoba conyugal en el preciso instante en que su esposa estaba a medio vestir. Eso no habría tenido nada de particular de no ser porque con ella estaba un individuo igualmente en paños menores. «¿Qué es esto, Colchona? -preguntó con furia ignívoma el mitrado marido-. ¿Por qué te estás desvistiendo en presencia de este hombre?». Antes de que la señora pudiera responder se adelantó a decir el tipo: «Está usted por completo equivocado, caballero. La señora no se está desvistiendo: ya se está vistiendo». Sor Bette iba manejando el coche del convento cuando un desaprensivo conductor no frenó a tiempo y la chocó por detrás. Bajó del automóvil la monjita y dijo al imprudente: «Mis sagrados hábitos me impiden hablarle como se merece, pero ojalá cuando vaya usted a casa de su madre ella lo muerda». Himenia Camafría y Celiberia Sinvarón, maduras señoritas solteras, fueron al museo de arqueología. El guía les mostró una serie de estatuas de atletas desnudos. Les informó: «Estas figuras pertenecen al período bajo». Himenia le comentó en voz baja a su amiguita: «Seguramente son más interesantes las del período alto». FIN.

MIRADOR.
Historias de la creación del mundo.
El Señor hizo la luna.
Por eso hay poetas.
El Señor hizo el crepúsculo.
Por eso hay pintores.
El Señor hizo al cisne.
Por eso hay bailarinas de ballet.
El Señor hizo al gallo.
Por eso hay tenores.
El Señor hizo al pavo real.
Por eso hay modistos y modistas.
El Señor hizo la vida.
Por eso hay hombres y mujeres, niños y niñas.
El Señor hizo la muerte.
Por eso hay predicadores.
¡Hasta mañana!…

MANGANITAS.
«. Calor en todo el país.».
Tan cálidos son los días
que, decía una señora,
el clima lo hacen ahora
los de las cervecerías.