Trump celebra el aumento de las autodeportaciones


Desde el inicio de lo que han llamado la era dorada de Estados Unidos, Donald Trump y su equipo han sido claros en su mensaje hacia millones de emigrantes: “Váyanse ahora. Si no, los perseguiremos, los arrestaremos y los deportaremos”. Ante la difícil tarea de expulsar a los casi 14 millones de indocumentados, ya sea por la inversión que conlleva, por motivos logísticos, o la imposibilidad de rastrear a cada migrante, el nuevo Gobierno se ha encargado de difundir el mensaje de que lo más conveniente para los indocumentados es irse por su cuenta.

Al parecer este discurso, acompañado de amenazas, ha calado en la gente. Las autoridades han confirmado que en las últimas semanas “ha aumentado” el número de personas que decidieron hacer el camino de retorno de manera voluntaria. “Estamos viendo niveles altísimos de migración inversa, gente que se da la vuelta en nuestra frontera sur”, dijo este lunes en una entrevista Tricia McLaughlin, secretaria adjunta del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para asuntos públicos.

Aunque no precisó cifras de cuántos lo han hecho, la funcionaria aseguró que muchos migrantes están usando CBP Home, la aplicación móvil con la que cualquier persona puede autodeportarse. “Es una gran herramienta para inmigrantes ilegales que quieren irse ahora”, dijo. Además, defendió la idea de que esta es la mejor vía para los emigrantes, porque si se autodeportan “existe la posibilidad de que puedan regresar legalmente por el camino correcto y seguir adelante para vivir el sueño americano”. McLaughlin insistió en que, para tener la posibilidad de volver a Estados Unidos, “deben irse ahora”.

Hasta ahora, las cifras de expulsiones de migrantes habían dejado insatisfechos a los republicanos, especialmente al presidente. Un funcionario del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) dijo que se han deportado a unas 100.000 personas, mientras unos 113.000 extranjeros sin papeles se encuentran detenidos y pendientes de expulsión.

Desde la llegada de los republicanos a la Casa Blanca, el Gobierno ha presionado hacia la autodeportación, ha invertido millones de dólares en publicidad y ha mostrado sin velos lo que les puede suceder a quienes no lo hagan. Las imágenes de las decenas de deportados como criminales en la mega cárcel de El Salvador, casi a modo de espectáculo circense, funciona con la mejor amenaza. Desde una de las celdas, con los cuerpos tatuados de decenas de migrantes de fondo, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, una fiel aliada de Trump para estos asuntos, repitió una vez más el mensaje: “No vengan a nuestro país ilegalmente. Serán expulsados y procesados”.

Agencias