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Rusia comenzó a interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos con un flujo continuo de desinformación que está perjudicando al candidato demócrata, Joe Biden, lo que provoca también que la población no sienta confianza en el proceso, advirtió el director del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés), Christopher Wray.
Con esta situación ya sería la segunda vez que se relaciona a Moscú con el hecho de interferir en las elecciones de Estados Unidos, la primera vez fue en 2016, según la comisión investigadora del Senado del país norteamericano.
Moscú está intentando minar también lo que considera como una cúpula dirigente antirrusa, dijo el jefe de la Oficina Federal de Investigaciones al Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, presidida por los demócratas.
Según indicó, su mayor preocupación es el «redoble constante de desinformación», que teme podría socavar la confianza en el resultado de los comicios de noviembre.
El testimonio de Wray se produce tras la advertencia del 7 de agosto del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad de que Rusia, China e Irán están intentando interferir en la elección del 3 de noviembre.
Múltiples revisiones de las agencias de inteligencia estadunidenses concluyeron que Rusia actuó para impulsar la campaña del ahora presidente Donald Trump en 2016 y perjudicando la de su rival demócrata, Hillary Clinton. El mandatario republicano ha negado eso, lo mismo que Rusia.
El presidente y candidato a la reelección ha puesto en duda, repetidas veces y sin pruebas, el aumento del uso del voto por correo, un método tradicional de sufragio en Estados Unidos que podría experimentar un alza por el coronavirus.
El jueves, Trump escribió en Twitter que esta práctica podría hacer que sea imposible conocer el resultado verdadero de los comicios.
Agencias
