Republicanos buscan demandar a Biden por vacunación anticovid obligatoria en EU

En Estados Unidos, el país de las libertades individuales, el anuncio del presidente demócrata Joe Biden de que la vacuna anticovid será obligatoria para dos tercios de los trabajadores ha desatado indignación entre los republicanos, que pretenden lanzar una demanda contra el gobierno.

«Esto parece una dictadura», dijeron los republicanos de la Cámara de Representantes, cuando Biden ni siquiera había terminado su discurso el jueves. El presidente demócrata decía: «Hemos sido pacientes, pero nuestra paciencia se está agotando».

Tras meses intentando convencer a los estadunidenses de que se vacunen, incluso con recompensas, el mandatario adoptó un tono claramente diferente para anunciar su nueva «estrategia»: hacer obligatoria la vacunación para unos 100 millones de estadunidenses.

«Todos hemos tenido que pagar por su negativa», aseguró, refiriéndose a los 80 millones de estadunidenses que aún no están vacunados, es decir, el 25 por ciento de la población. El viernes, la avalancha de reacciones indignadas de los conservadores que apelaban a la «libertad» y amenazaban con acciones legales seguía creciendo.

«Las últimas noticias dicen que vivimos en un país libre», protestó el ex presidente Donald Trump en un correo electrónico para recaudar fondos.
Se trata de un «ataque a la empresa privada», reaccionó en tanto el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, al anunciar que firmó una orden ejecutiva para «proteger el derecho de los texanos a elegir vacunarse contra el covid».

«Nos vemos en los tribunales», le dijo a Biden el gobernador conservador de Dakota del Sur. El Partido Republicano «demandará a esta administración para proteger a los estadunidenses y sus libertades», dijo la presidenta del partido, Ronna McDaniel.

Al igual que ella, muchos republicanos dicen apoyar la vacuna, pero están en contra de la vacunación obligatoria. Otros son escépticos a las vacunas. Y el nuevo tono de Biden parece haber atizado las reacciones de estos sectores.

Esa «no es la forma en que los estadunidenses esperan que sus funcionarios electos les hablen», dijo el viernes el ex vicepresidente de Donald Trump, Mike Pence, en Fox News.
Alimentada desde el verano boreal por la variante delta del coronavirus, la pandemia ha matado ya a 650 mil personas en Estados Unidos. Ante este resurgimiento, el presidente firmó el jueves una orden ejecutiva que obligará a los empleados del gobierno a vacunarse en las próximas semanas, sin la opción de someterse a pruebas periódicas.

La orden también se aplica a los empleados de los contratistas, personal de las residencias de ancianos y escuelas que dependen del gobierno federal.

Más controvertido aún en un país donde el gobierno central es visto con recelo por los conservadores, el decreto se salta el poder Legislativo y la autoridad de los estados en materia de sanidad, y se aplica también al sector privado.

A partir de ahora, los empleados de empresas con más de 100 trabajadores estarán obligados a vacunarse o a someterse a una prueba de detección semanal.

De su lado, los demócratas y defensores de las nuevas medidas argumentan que otras vacunas ya son obligatorias en Estados Unidos. También citan la jurisprudencia y las decisiones de la Suprema Corte, incluida una de 1905 que falló en contra de un estadunidense que se negó a ser vacunado contra la viruela.

Pero esa decisión se aplicó al poder estatal, no al federal. Y la cuestión ahora será si la Casa Blanca puede imponer este requisito por orden ejecutiva. La batalla jurídica podría ser feroz.

Las demandas del Partido Republicano «son frívolas», dijo en Twitter Lawrence Gostin, profesor de Derecho de la Universidad de Georgetown. Y el lobby Business Roundtable, que representa a las mayores empresas de Estados Unidos, «saludó» la política de Biden sobre el virus.

Consultado el viernes por las amenazas republicanas de demandar, Biden se mostró reivindicativo: «Que lo intenten», dijo, y afirmó que estaba «especialmente decepcionado por el hecho de que algunos gobernadores republicanos hayan actuado con tanta ligereza con la salud de los niños. No deberíamos estar condenados a este debate político», reiteró.

Agencias