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Orbe
¿Un trasfondo de 500 mil millones de dólares?
DESDE WASHINGTON CONTINUARÁN DICTANDO LA HISTORIA DEL MUNDO
Se dice que mientras el poder del dinero (y/o monopolio del dólar) esté protegido por el poder militar más grande del planeta representado por Estados Unidos, la historia de la humanidad continuará dictándose desde Washington.
Las gravísimas acusaciones del presidente Donald Trump contra importantes líderes políticos latinoamericanos, a quienes en particular los vincula abierta y directamente con los más grandes cárteles del narcotráfico, exigen, al tomarse decisiones regionales que marcarán los destinos de varios países, que desde esos mismos países se recorra el velo de los sucesos tal cual están sucediendo.
Esto quiere decir que los pueblos latinoamericanos, empezando por Colombia, Venezuela y México deben exhibir las cosas como son, y ya después, y todos se darán cuenta, el pleito de Trump se trasladará a Brasil, por la razón de que este país es el mayor consumidor de droga de América Latina.
Obviamente al país gobernado por Inácio Lula da Silva no se le puede tratar de la misma manera como los gringos tratan al gobierno de Venezuela, partiendo sobre todo de que Brasil tiene el ejército más grande y mejor financiado de América Latina según datos del The World Factbook de la CIA, disponiendo de más de 376,000 soldados y una reserva que supera el millón de personas, posicionándolo como la primera fuerza militar latinoamericana, por encima de México.
¿DÓNDE VIVEN LOS GRANDES NARCOS? ¿EN AMÉRICA LATINA O EN EL PRIMER MUNDO?
En ese contexto, se habla mucho de que los malos viven a partir de la frontera mexicana, llegando hasta Caracas, Bogotá y Brasilia, y que los buenos, los que se preocupan por la democracia del continente, viven en Estados Unidos.
¿Esa es la realidad con la que debería escribirse la verdad que fortalezca la percepción correcta de todos los habitantes de Latinoamérica?
El debate se agudiza cuando en septiembre pasado el presidente de Colombia, Gustavo Petro, lanzó desde la asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York una acusación también muy grave que Estados Unidos no se la esperaba:
“Los narcos viven al lado de la casa de Trump en Miami, no en las lanchas donde caen los misiles”.
Agregó el presidente colombiano que la política antidrogas de Estados Unidos es hipócrita y destructiva, “porque el narcotráfico no viaja en lanchas rápidas, sino en contenedores, en camiones y en cruceros que llegan a los puertos de Europa y de Estados Unidos”.
También, a renglón seguido, Petro señaló que los grandes narcotraficantes no viven en la selva ni en las costas de América Latina, sino en las principales ciudades del mundo como Miami, Nueva York, París, Madrid, Dubai, ironizando que muchos de estos narcos tienen ojos azules y pelo rubio.
Otra de las fuertes afirmaciones que se han hecho a ese respecto son las del analista geopolítico Alfredo Jalife, que sostiene que agencias del gobierno de Estados Unidos, como la DEA, regulan el narcotráfico, mientras que Wall Street opera el lavado de dinero y la propia estructura financiera de ese negocio ilícito.
De ser cierto todo esto, ¿los narcos latinoamericanos se quedan cortos y pequeños en poder frente a los que serían los verdaderos y mayores narcotraficantes que viven impunemente en el primer mundo?
LA PREOCUPACIÓN ES EL DINERO, NO LAS DEMOCRACIAS NI EL FENTANILO
Poco a poco las verdades irán emergiendo a la luz pública, hasta el grado de las que ahora son especulaciones y que cuantifican que, por ejemplo, los narcos en México mueven cada año una operación de alrededor de 500 mil millones de dólares, pero controlada desde Wall Street.
Acusan también desde América Latina que ese es el trasfondo de las “preocupaciones” de quienes gobiernan Estados Unidos y de que ese es el pastel que realmente está en disputa.
Eso es lo que se dice, aquí no lo sabemos, sospechándose que las débiles democracias y las violencias de los pueblos latinoamericanos tienen sin el menor cuidado a Estados Unidos, incluyendo que sus propios ciudadanos estén muriéndose en las calles al consumir grandes cantidades de fentanilo y otras drogas.
¡Deseándoles un día maravilloso!