Orbe

¡Aprisa porque se muere la economía!

Ante la pandemia desatada por el temible Covid-19 es bastante justificable que la sociedad —–culta o iletrada—– se esfuerce en combatirla a su modo.
Y no es que falle la ciencia, sino que la aparición de esta peste es muy similar a una emboscada contra la humanidad, y no contra los gobiernos.
O sea que resulta imposible que posterior a un ataque de tal magnitud alguien se reponga fácilmente. Aunque el instinto de sobrevivencia busca resolver la tragedia y su magnitud.
No se juzgue entonces que desde diferentes regiones del mundo aparezcan individuos proponiendo remedios contra esta calamidad. Es normal reaccionar de esa forma ante la falta temporal de respuestas científicas.
El otro punto importante es que la ciencia también lleva prisa, porque se muere la economía.
Y en ese sentido todo se convierte en una amenaza de desastre, lo vemos en las verdaderas guerras desenfrenadas entre los estados y la federación.
Y todo porque nadie estaba preparado para hacer frente a un monstruo microscópico, tan maligno de enfrentar entre sí a gobiernos de todos los niveles y al mismo tiempo tan destructor que en su infestación es capaz de arrasar con cualquier economía.
Por tal motivo es previsible que en cualquier momento surja un medicamento eficaz para aliviar los síntomas de la infección del coronavirus.
Ciencia existe mucha como para hacerle la guerra a este terrible virus. Lo que ocurre es que a las personas de abajo, las que estamos situadas en la base de la pirámide, no se nos permite ir más allá de los avanzados conocimientos que el poder real del mundo ha logrado desarrollar.
Nos tienen, de hecho, como a simples seres primitivos resignados a observar desde nuestras casas que para ellos son algo así como árboles donde vivimos.
Sin embargo, el daño infligido a la economía, repito, ha acelerado que la ciencia busque (a toda velocidad) el fármaco y en su momento la vacuna que evite que la economía quede arrasada.
Es decir, pronto habrá según se dice de parte de los investigadores una especie de remedio temporal a este mal, para simultáneamente rescatar la economía mundial.
Esperemos que sea sólo cuestión de muy poco tiempo, incluso para este mismo año, la aparición de un tratamiento que congele a este virus o que fortalezca el sistema inmune de las personas.
Reitero que hay mucha ciencia detrás de la humanidad suficientemente capaz de no sólo detener una segunda oleada del coronavirus, sino hasta para desintegrarlo de una buena vez.
CIENCIA INCAPAZ DE FRENAR LA GUERRA POLÍTICA
Lo que no podrá hacer la ciencia es evitar la guerra política que se libra en México y muchas partes del mundo.
Por lo pronto todo indica que de seguir la política inmersa en el conflicto y convertida en un frágil castillo de naipes, la segunda pandemia será peor que la primera.
Es una falacia que AMLO y los gobernadores encontrarán en el diálogo una respuesta a sus diferencias. Urgen negociadores de muy de alto nivel.
HABRÍA NUEVOS HORARIOS EN EL GOBIERNO ESTATAL
Y a propósito de una sociedad global que no puede darse el lujo de ser improductiva, se rumora que en el Gobierno de Tamaulipas habrá cambios a fin de que sus trabajadores vuelvan a sus responsabilidades acostumbradas.
Se dice habrá básicamente nuevos horarios, de 8:00 a 14:00 horas y de 14:00 a 20:00 horas, permitiendo que las concentraciones de trabajadores se conviertan en sanas distancias, distribuyéndose el trabajo en ambos horarios y alejando los riesgos de contagios.
Se trataría de una medida que favorecería a la ciudadanía que busca en las instancias públicas una amplia diversidad de trámites oficiales y resoluciones que no pueden suspenderse por mucho tiempo.
GOBERNADOR ENTREGA VIVIENDAS Y OBRAS EN MATAMOROS
Finalmente le comento que en el poblado Higuerillas, en las inmediaciones donde se desarrolla el Puerto de Matamoros, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca entregó 91 viviendas y obras de urbanización en el Fraccionamiento Los Pescadores, para familias cuyos jefes son precisamente pescadores.